Tres Naciones

Tras el baño que les han metido una temporada de tests de primavera francamente decepcionante para los países del Hemisferio Norte llega el momento de que los tres grandes del Sur [que me perdonen nuestros amigos de ashá] se enfrenten entre ellos en la XII edición del Tres Naciones.
Nueva Zelanda se presenta como gran favorito manteniendo el grueso de jugadores que vienen formando los All Blacks en los últimos tres o cuatro años. Sus puntos fuertes serán...pues todos prácticamente: probablemente la mejor primera línea del mundo, una tercera con unos suplentes de los suplentes de los suplentes que serían titulares en cualquier otro país, la línea de tres cuartos más imaginativa y potente del mundo, y por encima de todos ellos Daniel Carter, para algunos el mejor apertura del mundo, para otros directamente el mejor jugador del mundo, en definitiva uno de los jugadores más creativos que han pisado un campo de rugby dotado además de un pie que parece un metrónomo tanto en juego abierto como en los tiros a palos. Sus debilidades vendrán de dos puntos, uno físico, motivado por las lesiones de sus tres o cuatro primeras opciones en la segunda línea, con lo flojos que han estado en los últimos tiempos, y otro mental, el de siempre, su capacidad para cagarla overpromise and underperform no cumplir con las expectativas cuando llega el día D y la hora H.
Pronóstico: 4 jugados, 4 ganados.
Sudáfrica parece ser el aspirante a desbancar a los neocelandeses. Parece que White por fin ha encontrado un grupo estable de jugadores con el que trabajar, y si nos basamos en la forma exhibida por los equipos sudafricanos en el pasado Super 14 no cabe duda de que tienen probablemente una de las generaciones menos ladrillo más brillantes de los últimos tiempos. Su baza será basar su juego en una delantera monstruosa, liderada por ese tipo al que todos querríamos tener en nuestro equipo, Victor Mattfield, un sujeto que anda a la par de Martin Johnson en cuanto a buena persona y mejor jugador. La tercera, dinámica y fuerte, será la plataforma desde la que intenten abrir el juego, porque sí, señores, como decía Dylan "the times they're a changing", y los Springboks han descubierto que hay vida después del 10 y este puede ser el año de la explosión de los Habana, Steyn [pedazo de pie que tiene el chaval] o Ndungane. Los problemas vendrán una vez más por la habitual injerencia de los políticos en las decisiones del seleccionador [lo de obligar a que jugara si o si Luke Watson ha sido el colmo], el sistema de cuotas, y una cierta falta de talento que les puede pasar factura.
Pronóstico: 4 jugados, 2 ganados.
Australia es la tercera en discordia, casi nadie cuenta con ellos a pesar de que en los dos últimos mundiales han sido campeones y subcampeones del mundo. Su mejor aval es una línea de tres cuartos increiblemente jugona, con otro de los grandes lectores del juego del mundo, Larkham, como amo y señor, y Mortlock y Latham como rompedores de defensas. Y qué decir del pesao de Gregan, el rey de la chapa, el maestro de comer orejas, el supremo protestador del rugby mundial....y un gran jugador, también hay que reconocerlo. Por contra, la delantera está flojeando desde hace unos años, con un serio punto negro en su primera línea que se ha convertido en el hazmerreir objetivo de todos sus rivales. La segunda les aporta más músculo que cabeza, todo lo contrario que una tercera línea en la que destacan dos perros de presa como George Smith y Phil Waugh, establecidos desde hace años entre los mejores "fetchers" de la profesión.
Pronóstico: 4 jugados, 0 ganados.

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