Y Steyn sacó su fusil

Sudáfrica 22 - Australia 19
Debe de ser desesperante, pasarte 70 minutos defendiendo como un león, placando todo lo que se mueve, durmiendo el partido al mejor estilo catenaccio, para que llegue un mocoso de 20 años y se marque dos drops, uno de ellos desde la fila 14 del tercer anfiteatro, y te gane el partido. Supongo que el sentimiento que se debía vivir en el vestuario australiano tras el partido del pasado fin de semana en Sudáfrica [por cierto, gracias a D+ por el seguimiento que continúa haciendo de este nuestro deporte] debía de ser ese: jugamos como siempre y perdimos como suele pasarnos más veces de las que nos gustaría. Eso sí, que si nuestra delantera dio la cara [rilándose en todas y cada una de las melés], que lo tuvimos ahí, que si tal y que si pascual.
El caso es que teniendo en cuenta la cantidad de posesión y de dominio territorial del que disfrutaron los sudafricanos, parece mentira que el partido se decidiera en los últimos minutos, pero la ex-tra-or-di-na-ria defensa autraliana y la falta de fluidez en el ataque bokke llevaron el partido al terreno que buscaban los wallabies, un encuentro trabado, con poco ritmo, en el que la ex-tra-or-di-na-ria táctica defensiva, su impresionante mentalidad de sacrificio que termina por aburrir a los contrarios y su habilidad para convertir las ocasiones en puntos hicieran que sin saber cómo ni porqué, los sudafricanos se encontraran con el partido cuesta arriba.
En cualquier caso, no es que el juego de los Springboks fuese para tirar cohetes, de hecho, fue una vez más una demostración de euskorugby potencia física, juego corto y rolling maules que no consiguió mermar la ex-tra-or-di-na-ria defensa wallaby hasta que en los últimos minutos, llegó lo de siempre, "a mi el pelotón que los arrollo", Balaklawa y tal, las líneas australianas que aguantan como pueden, y de repente dos tiros mortales de Steyn al corazón wallaby, y 22-19 para los de casa.
El árbitro estuvo en mi modesta opinión, regular, con mucha presencia tanto física como verbal en los rucks y maules y buena gestión del partido. El principal problema vino de la melé, en la que, de nuevo en mi modesta opinión, los australianos hicieron todo lo posible para desactivar la superioridad del paquete sudafricano ralentizando las entradas, escurriéndose, cayéndose... Por contra, en opinión de la mayoría de la prensa y afición sudafricana, es el culpable de que su equipo de picapedreros fuera de series sólo ganara de 3 puntos, llegando al extremo de sugerir que su actuación iba encaminada a vengar las derrotas sufridas por Inglaterra en su gira de primavera.
En el partido disputado esta semana, Nueva Zelanda sufrió para derrotar a Sudáfrica en Durban por 21 -26. Cuando vea el partido ya os contaré.

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