Como podemos ver en la nueva edición del Super14 se están aplicando las nuevas reglas experimentales que se suponen entrarán en vigor próximamente.
Sin haber recibido el reglamento oficial de la IRB, se podrían resumir en (seguro que se me olvida algo):
- Los golpes de castigo sancionados en los placajes y rucks por disputa del balón (retenidos, no alejarse, manos en ruck, ...) son sancionados con golpe franco
- Otras faltas que impiden jugar de modo más intencionado son golpe de castigo.
- Las melés se defienden a cinco metros del último pie del defensor.
En un principio se puede pensar que tampoco es para tanto, pero sin embargo, en una primera impresión, los partidos del super14 están siendo bastante divertidos e interesantes.
¿Qué es lo bueno de estas reglas?
La primera impresión que dan estas reglas es que ningún equipo puede buscar los puntos por golpes de castigo. Ésto era evidente pues ha modificado el cambio de reglas, claro. ¿Y qué han hecho los equipos? Parece que lo primero es tener una movilidad del balón imparable, no hay pausas, ante todo se buscan los espacios provocados por las defensas desorganizadas. Los golpes francos sancionados, sirven para los equipos no infractores para sacar un balón rápido o, si no son claros, obtener una posesión a partir de una melé con una defensa "medio" alejada.
Una segunda impresión de las reglas es que los árbitros deben estar muy rápidos en sancionar estos golpes francos. Hace un año, o actualmente, quedaba la duda ante un balón lento por un placaje que tarda en irse.... ¿Doy ventaja o pito ya? Ahora queda la duda de la ventaja, pero está claro que si el balón es facilmente liberado, y con un golpe franco a favor, la defensa debe quedar a diez metros y el atacante no puede decidir entre tiro a palos o a lateral, con lo que se saca muy rápido. El no poder decidir hace que el juego sea más continuo para el no infractor y no sólo eso...más beneficioso, con el logro de más ensayos.
¿Y qué es lo malo de estas reglas?
Pues sinceramente, no veo nada malo en el rugby mundial. El problema que se me plantea es si España está al nivel del rugby mundial.
En un primer aspecto, los equipos de División de Honor y Honor B tendrán que estar mucho más en forma y ser más rápidos. No valen ya los fichajes para asegurar 15 puntos por partidos con golpes de castigos.
Para los equipos de nacional.... no sé qué van a hacer con tanto tiempo de juego sin que el balón salga...Eso de que los castigos no puedan sacarlos a lateral...Me temo que nos vamos a hinchar a arbitrar melés pues la forma física brilla por su ausencia.
Para los árbitros....hay que ser muy rápidos en valorar jugadas, cosa que no viene escrita en el reglamento. Un golpe franco bien dado puede cambiar que el ataque pueda tener huecos o no, ante una defensa desorganizada. Es todo un reto para los árbitros, sin duda, ya que no es sancionar reglas sino jugadas.
Ah! se me olvidaba! Me da la impresión de que en la melé nada ha cambiado, asi que ¡Dios nos asista! .... Parece que mientras no se hundan o se haga daño todo vale....Espero estar equivocadísimo.
En resumen....
Ante todo espero que podamos asimilar pronto el espíritu de estas nuevas reglas que desde luego dan espectáculo y velocidad al juego. Hace poco tiempo uno de los habituales del blog me decía que no veía el super14 porque era un aburrimiento. Mi primera impresión es que ahora son muchíiiiisimo más divertidos, más rápidos y desde luego más intensos y emocionantes. Ojalá se nos contagie este ritmo y podamos disfrutar de nuestros super en España.....salvando las distancias, claro.
Fallecimiento
Ayer nos llego la triste noticia del fallecimiento de la hija de nuestro compañero asturiano (ahora retirado en nacional) Rafael Blanco Oliva. Desde esta Asociacion le enviamos nuestro mas sentido pesame y animos para salir adelante.
Del mismo modo, tambien ayer recibimos la noticia de que hace unos 10 días fallecio el padre de nuestro compañero malagueño Paco Ruiz Jimenez, del mismo modo enviar desde este blog nuestro pesame a nuestro compañero Paco.
Del mismo modo, tambien ayer recibimos la noticia de que hace unos 10 días fallecio el padre de nuestro compañero malagueño Paco Ruiz Jimenez, del mismo modo enviar desde este blog nuestro pesame a nuestro compañero Paco.
Papá, ¿por qué eres árbitro? (II)
Has decidido ser árbitro y tus buenas actuaciones en tu regional, sumado a superar los correspondientes exámenes de reglamento hacen que te envíen al Curso de Ascenso a Nacional. Y vas y lo apruebas. Y a la temporada siguiente vas y superas las pruebas físicas. Y resulta que ya eres árbitro nacional.
Bueno, has conseguido una parte, que es llegar, ahora lo que importa es mantenerse.
Tu motivación está a tope. Eres árbitro nacional, has pasado de arbitrar el Trápaga-Sestao, como dice Mikel Etxebeste, a arbitrar partidos “nacionales”.
No te importa que para ello tengas que hacerte un viaje de 900 kms desde Oviedo para arbitrar un Cáceres-Badajoz, por ejemplo (o un Oviedo-Tarazona en coche, que mola un huevo). O salir un viernes por la noche de tu casa y volver el domingo para arbitrar un partido el sábado en Las Palmas porque de esa manera “sale más barato”. O irte en coche de Madrid a Lugo porque no encuentras ninguna combinación de transporte público. O…(cada cual que añada lo que prefiera; todos tenemos recuerdos de algúno de éstos maravillosos viajes). En realidad, con la ilusión a tope, todo esto no te importa en absoluto; lo único que te importa es arbitrar cada semana y tratar de hacerlo bien.
Un inciso. Efectivamente, los jugadores, a menudo, tienen que hacer también estos viajes. La gran diferencia está, desde mi punto de vista, en que los jugadores viajan todos juntos. No es lo mismo hacerse un Madrid-Lalín-Madrid (por ejemplo) en coche tú sólo que con 20 compañeros más en autobús. Sin duda ninguna.
En fin, volviendo al tema. Estás a tope, que te sales. Y cada vez arbitras mejores partidos y al cabo de un par de temporadas van y te promocionan a División de Honor B. Tampoco te libras de algunos viajecitos guays, pero te han promocionado y sigues con la ilusión de que lo estás haciendo bien…y la División de Honor A está más cerca. No problemo; tu motivación continúa a tope. Y no para, porque una o dos temporadas después, la gran noticia: eres promovido a División de Honor. Lo has conseguido. Has tocado el techo del rugby nacional. Así que tu moral está por las nubes…y así puede continuar durante varias temporadas. Quieres arbitrar mejores partidos, hacerlo bien, así que te entrenas, ves vídeos, asistes a los cursos, colaboras con algún club, con tu Comité Territorial… En fin, todo eso te mantiene motivado para arbitrar. Al fin y al cabo estás en la élite y, quien sabe, tal vez te puede llegar la oportunidad de ser internacional. Desde luego todo esto parecen razones bastantes para estar motivado y continuar arbitrando.
Pero esto es lo fácil.
Y al fin y al cabo, en ésta situación no se encuentran más de 10 ó 12 árbitros.
Pero, ¿cuál es la motivación de un árbitro nacional que no ha conseguido ascender a División de Honor A o División de Honor B, o que ha bajado de esas categorías?. Porque la gran mayoría de los árbitros de categoría nacional viven en un mundo totalmente diferente al que se vive en la División de Honor.
En primer lugar, obviamente, el nivel de los partidos. El árbitro continúa teniendo que hacer su bolsa el viernes por la noche para arbitrar en muchos casos partidos sin trascendencia y además, de escaso nivel técnico. Continúa teniendo que hacerse en muchos casos (mucho más que en División de Honor A o B) viajes inverosímiles para llegar al lugar del partido. Continúa, dada la habitual complicación de esos viajes, teniendo que salir a menudo el sábado a mediodía y volviendo a última hora del domingo a su casa.
Por supuesto, estoy de acuerdo en que para muchos equipos es igual…pero no es igual precisamente porque son eso, equipos.
El árbitro sale de su casa solo, llega a su lugar de destino y lo más probable es que no conozca a nadie en la ciudad a la que viaja, por lo que está sólo y cena solo. Y se levanta, desayuna solo y se da un paseo solo y va al campo y arbitra el partido y, si las cosas le han ido bien al equipo local, se toma una cerveza en el tercer tiempo. Si le han ido mal, a lo mejor ni eso. Y coge su coche, solo, y se hace 500 kms. por carretera (o tiene que esperar cuatro horas en el aeropuerto porque el único vuelo para su ciudad sale a las seis y media de la tarde) para tratar de llegar a su casa, con su familia, a una hora medio decente. Porque, por lo normal, los árbitros también tenemos familia, y también trabajamos los lunes.
Y además de eso, si el partido te ha salido bien, perfecto. Pero si no te ha salido bien, si has tenido problemas, una tangana (o dos, o tres) o el equipo local (o el visitante, tanto da) ha perdido y te han montado un pollo de cojones…entonces, en ese caso, te haces el viajecito de vuelta dándole vueltas a la cabeza a todo lo que te ha pasado.
Solo.
Y me pregunto, ¿de verdad alguien piensa que hay algún árbitro que haga esto por 150 euros por partido?.
Bueno, has conseguido una parte, que es llegar, ahora lo que importa es mantenerse.
Tu motivación está a tope. Eres árbitro nacional, has pasado de arbitrar el Trápaga-Sestao, como dice Mikel Etxebeste, a arbitrar partidos “nacionales”.
No te importa que para ello tengas que hacerte un viaje de 900 kms desde Oviedo para arbitrar un Cáceres-Badajoz, por ejemplo (o un Oviedo-Tarazona en coche, que mola un huevo). O salir un viernes por la noche de tu casa y volver el domingo para arbitrar un partido el sábado en Las Palmas porque de esa manera “sale más barato”. O irte en coche de Madrid a Lugo porque no encuentras ninguna combinación de transporte público. O…(cada cual que añada lo que prefiera; todos tenemos recuerdos de algúno de éstos maravillosos viajes). En realidad, con la ilusión a tope, todo esto no te importa en absoluto; lo único que te importa es arbitrar cada semana y tratar de hacerlo bien.
Un inciso. Efectivamente, los jugadores, a menudo, tienen que hacer también estos viajes. La gran diferencia está, desde mi punto de vista, en que los jugadores viajan todos juntos. No es lo mismo hacerse un Madrid-Lalín-Madrid (por ejemplo) en coche tú sólo que con 20 compañeros más en autobús. Sin duda ninguna.
En fin, volviendo al tema. Estás a tope, que te sales. Y cada vez arbitras mejores partidos y al cabo de un par de temporadas van y te promocionan a División de Honor B. Tampoco te libras de algunos viajecitos guays, pero te han promocionado y sigues con la ilusión de que lo estás haciendo bien…y la División de Honor A está más cerca. No problemo; tu motivación continúa a tope. Y no para, porque una o dos temporadas después, la gran noticia: eres promovido a División de Honor. Lo has conseguido. Has tocado el techo del rugby nacional. Así que tu moral está por las nubes…y así puede continuar durante varias temporadas. Quieres arbitrar mejores partidos, hacerlo bien, así que te entrenas, ves vídeos, asistes a los cursos, colaboras con algún club, con tu Comité Territorial… En fin, todo eso te mantiene motivado para arbitrar. Al fin y al cabo estás en la élite y, quien sabe, tal vez te puede llegar la oportunidad de ser internacional. Desde luego todo esto parecen razones bastantes para estar motivado y continuar arbitrando.
Pero esto es lo fácil.
Y al fin y al cabo, en ésta situación no se encuentran más de 10 ó 12 árbitros.
Pero, ¿cuál es la motivación de un árbitro nacional que no ha conseguido ascender a División de Honor A o División de Honor B, o que ha bajado de esas categorías?. Porque la gran mayoría de los árbitros de categoría nacional viven en un mundo totalmente diferente al que se vive en la División de Honor.
En primer lugar, obviamente, el nivel de los partidos. El árbitro continúa teniendo que hacer su bolsa el viernes por la noche para arbitrar en muchos casos partidos sin trascendencia y además, de escaso nivel técnico. Continúa teniendo que hacerse en muchos casos (mucho más que en División de Honor A o B) viajes inverosímiles para llegar al lugar del partido. Continúa, dada la habitual complicación de esos viajes, teniendo que salir a menudo el sábado a mediodía y volviendo a última hora del domingo a su casa.
Por supuesto, estoy de acuerdo en que para muchos equipos es igual…pero no es igual precisamente porque son eso, equipos.
El árbitro sale de su casa solo, llega a su lugar de destino y lo más probable es que no conozca a nadie en la ciudad a la que viaja, por lo que está sólo y cena solo. Y se levanta, desayuna solo y se da un paseo solo y va al campo y arbitra el partido y, si las cosas le han ido bien al equipo local, se toma una cerveza en el tercer tiempo. Si le han ido mal, a lo mejor ni eso. Y coge su coche, solo, y se hace 500 kms. por carretera (o tiene que esperar cuatro horas en el aeropuerto porque el único vuelo para su ciudad sale a las seis y media de la tarde) para tratar de llegar a su casa, con su familia, a una hora medio decente. Porque, por lo normal, los árbitros también tenemos familia, y también trabajamos los lunes.
Y además de eso, si el partido te ha salido bien, perfecto. Pero si no te ha salido bien, si has tenido problemas, una tangana (o dos, o tres) o el equipo local (o el visitante, tanto da) ha perdido y te han montado un pollo de cojones…entonces, en ese caso, te haces el viajecito de vuelta dándole vueltas a la cabeza a todo lo que te ha pasado.
Solo.
Y me pregunto, ¿de verdad alguien piensa que hay algún árbitro que haga esto por 150 euros por partido?.