Con este título aludimos a dos "acontecimientos": el fin del VI Naciones y otro fin, el del sufrimiento de España en el Campeonato de Europa. Pero, vamos por partes.
En primer lugar, hablar del fin del VI Naciones más aburrido de los últimos tiempos. Francia ha sido justo campeón, haciéndose con el Gran Slam además. Y consiguiendo 135 puntos a favor. Pero, a pesar de todo, quedan las dudas. Ayer cierto es que no les hacía falta, ya que Escocia les había hecho el favor de, contra pronóstico, imponerse en Croke Park a Irlanda, pero hicieron un ramplón partido frente a una pobrísima Inglaterra. De hecho, sólo a palos puntuaron los franceses ayer, que casi se lían cuando salió Wilkinson desde el banquillo. Suerte tuvieron que, en éstos momentos, la delantera inglesa es una broma. De su línea de tres cuartos, mejor no hablar.
En fin, justos campeones. Por detrás, Irlanda que han sido los tuertos en el país de los ciegos. Los irlandeses, rehaciendo poco a poco su equipo, se han impuesto con cierta claridad a Inglaterra y Gales y con más apuros de los previstos a Italia, siendo arrollados por Francia y rilándose ayer en su último partido en Croke Park antes de volver al remozado Lansdowne Road la próxima temporada.
Del resto, mejor no hablar. Inglaterra, pobrísima y con una terrible crisis de identidad ha sido tercera... porque empató con Escocia. Y con un tremebundo bagaje de 88 puntos a favor y 76 en contra. Gales, decepcionante. Sólo dos victorias y un -4 en el average. Escocia ha salvado la cara en parte con su empate con Inglaterra que, a priori, les libraba de la cuchara de madera y, sobre todo con su victoria sobre Irlanda. Eso les hace olvidar a medias su, otra vez, derrota frente a Italia. Estos, a pesar de derrotar a Escocia, siguen en mi opinión, demostrando que están a años luz del resto. Y sí, ojalá España estuviera donde están ellos. Pero no se trata de eso.
Y ya que estamos con España... dándole emoción hasta el final. 17-21 en Heidelberg para salvar los muebles del posible descenso a la segunda división. Bien está lo que bien acaba, aunque aún queda el trámite del viaje a Rumanía. Parece que es el final de la "Era Glynn" y parece que es, efectivamente necesario un cambio. No creo que todos los males de ésta selección sean culpa de Ged Glynn. Los grandes demagogos olvidan que con éste mismo seleccionador "a tiempo parcial" salimos del puesto 32 del ranking IRB y llegamos a estar en el puesto 20 (ahora, si no me equivoco, estamos en el 22). Se debe y se puede mejorar, desde luego, pero ahora sólo queda mirar hacia adelante. Esperemos que las decisiones "políticas" sean acertadas. En cualquier caso, estamos dentro del "segundo vagón"... de momento y hay que trabajar para ir hacia los puestos de cabeza.
Parafraseando a los clásicos: "El Rey ha muerto; viva el Rey".
Muchas gracias y buena suerte, Mr. Glynn.
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