Año 1986; playa de Doniños, La Coruña. Campeonatos Nacionales de Cross de la Marina. Distancia: 5000 metros.
Por aquellos entonces yo contaba con 20 añitos y "pesaba" 64 kilos.
Cinco metros.
Todos sabemos más o menos lo que es esa distancia. Nada, un suspiro. Donde se forma la melé; la distancia para el saque de lateral. De dos pasos largos se llega. ¿O no?
Cinco metros. Esa es la distancia que me sacaba el que iba delante de mí. La cosa era terrible, nada más y nada menos que por ser... ¡décimo!. Pero para mí era mejor ser décimo que undécimo.
Cinco metros. Esa es la distancia que me fue sacando durante la segunda vuelta al circuito (unos dos kilómetros y medio) y no pude pasarle. Y os juro que quería; que de verdad prefería ser décimo... pero no fui capaz.
Así que, lógicamente, soy capaz de entender la frustración de ver que lo das todo y no consigues tus metas; que hay otros que corren más o saltan más alto o más lejos o nadan más deprisa o suben el Tourmalet como si llevaran motor...
Pues sí, entiendo la frustración. Pero sólo cabe una opción válida: dar más. Una vuelta más; una serie más; un kilo más (o menos). Y tiene que dar igual el frío, el calor, la lluvia...
Porque hay otras opciones, claro, pero resulta que no son legales (al margen de la cuestión para la propia salud). Y sí, ganar mola, pero no puede ser así. Porque eso rompe con la imagen que se nos vende del deporte: la entrega, la constancia, el sacrificio. Y no vale el argumento de "los demás lo hacen". No; sin comparar, también hay quien mata y roba y estafa... y si le pillan, tiene que sufrir las consecuencias. Y en realidad, el dopaje es eso: una estafa. Me estás vendiendo un caballo de carreras y resulta que soy un mulo. Eso sí, si me pongo, no veas como corro, como salto, como nado, como...
Y tampoco vale el argumento de que "en otros deportes también..." Eso es mal de muchos, consuelo de tontos.
No percibe quien toma la decisión de utilizar medios ilícitos para mejorar que el daño que hace a la imagen de SU deporte es enorme. Aparte del que hace a su propia salud que mira, por mí, como si se la machaca. Pero no podemos vender ídolos, mitos o superhéroes y luego comprobar que, desgraciadamente, tenían los pies de barro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario