Experiencia Londinense (Primera Parte)

Nuestro excelentísimo secretario, Don Ignacio Chaves, nos remite por entregas su crónica sobre el intercambio realizado con la London Society of Rugby Referees.

Sin desperdicio.


Como todos debéis saber, el pasado macro-puente de Todos los Santos, fuimos seleccionados y enviados por la Federación Madrileña de Rugby a esa llamada “Tierra de Herejes” cuatro árbitros del Comité Territorial de Madrid, dos jóvenes promesas de nuestro arbitraje territorial, los Señores Gonzalo Eady y Alfonso Mirat, una leyenda del rugby el Sr. José Juega y un aspirante a …, bueno vuestro Secretario, que es el que suscribe estas cortas líneas.

El viaje se inició el pasado miércoles 31 de octubre a las 19:30, con un vuelo en la compañía Easy-Jet, todos debidamente uniformados, tal y como nos había aleccionado nuestro “amigo” Miguel Roure, comenzando con algún que otro retraso en comparecer a la hora establecida (Gonzalo nos debes una).

Pues bien, lo primero a comentar, es que hemos comprobando en nuestras carnes la cruenta realidad de los vuelos Low Cost, ya que a parte del espacio minúsculo entre las filas de asientos y las enanas dimensiones de los mismos, dicha compañía no te asigna uno, por lo que al grito de “marica el último” hay que coger sitio. Lógicamente al ser unos caballeros, fuimos los últimos en entrar y nos sentamos desperdigados por el avión, correspondiendo a un expedicionario la suerte de compartir asiento y algo más con una rubia espectacular…., en dimensiones, constatando a la finalización del viaje su pérdida de presencia física y …moral?.

Desembarcamos en ese aeropuerto de juguete llamado Luton, recibiéndonos la ciudad con esa niebla tan profusamente literaria, y tras recoger sanos y salvos nuestros abalorios, estando allí esperándonos ,“nuestro amigo” Miguel, y primera en la frente: no hacía falta que fuésemos uniformados ya que no venía nadie más a recogernos, bueno vale, pues nos montamos en el coche y la segunda en la frente, nuestro afamado “chofer” llevaba un GPS, pero claro si ya se pierde en español, en ingles ni os cuento; y lo último, se nos comunica, que bueno, que si es Halloween, que si hay puente, que tal que si Pascual, vamos que sólo íbamos a pitar el sábado.

Buenos pues tras diversas vueltas, revueltas y pirulas varias, comprobamos que el aeropuerto está de Londres donde Cristo perdió el gorro, y que el “hotel” que nos había reservado no era realmente un hotel sino una especie de “colegio mayor”, en el cual además no teníamos pagado el desayuno.

Tras unas pintas de rigor en el bar del “hotel”, nos fuimos a dormir, compartiendo cama doble algunos de los expedicionarios, razón por la que aprovechamos estas breves líneas para dar gracias a la Sociedad de Arbitros de Rugby de Londres por proporcionarnos tal experiencia…

El jueves, nos levantamos y tras asearnos dejamos a Miguel que fuera a currar un poco (¿pero no es puente?) mientras el resto comenzamos la jornada turística, primero lógicamente el desayuno a la vera del Covent Garden, y posteriormente continuamos con una visita a la City, al Big Ben, Thames, Picadilly, Buck…., con compras incluidas, no sea que tengamos que dormir en el sofá a la vuelta, todo ello bajo un sol como no recuerdan por esos lares, vamos que teníamos que ir en mangas de camisa…en noviembre.

Al medio día nos encontramos con Miguel y nos comenta de ir a ver Twickenham y al Museo del Rugby, donde nos encontraremos con el Presidente de los Arbitros de Londres. Tras comprar unos billetes de tren para ir a Twickenham (¿pero no habíamos comprado unos billetes para todo el día?), salimos para ese templo rugbístico.

Comprobamos que los trenes, a parte de ser los más caros del mundo, no funcionan, por lo cual nuestro “guía” residente en el país, decidió continuar el viaje en autobús. Tras varias horas de espera y algún que otro comentario (“el bus 337 creo que no existe, nos han tangado”) llegamos al estadio y visitamos el museo, realizando una sesión de fotos para la posteridad y algunas compras.

Posteriormente decidimos volver para el hotel no sin antes tomar un “refresco” y que Miguel nos comprara unas patatas y unos anacardos para comer-merendar-cenar, comentándonos que teníamos que bajar en Richmond para coger el tren. Estación que vimos pasar desde el autobús a lo que nuestro “guía” comentó “confiar en mí, es más adelante”, siendo que tres paradas más tarde y en medio de la nada se indica por el conductor del bus “final de trayecto”, lo que vino correspondido del correspondiente “Miguel me cago en t….”, y regreso a pata a la estación.

Llegada a los alrededores del hotel y tras quedarse Miguel en el “hotel” ya que tenía que trabajar (¿no era puente?) el resto nos fuimos a tomar un refrigerio en el Princess Royal Pub, atendido por un inglés que chapurrea español, ya que ha estado trabajando en Tarragona y aunque ya no tocan la campana, a las 11 siguen echando el cierre.


(continuará)

1 comentario:

  1. Nacho, no tardes mucho en seguir que nos has dejado en ascuas, ademas de estar tirado debajo de la mesa de las carcajadas que me estoy echando. Si no me echan del curro de esta......... Bueno si ha habido muchas como esta.
    Nacho sigue..............

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