A la caza del Oktober Fest

Nos empiezan a llegar las aventuras de nuestros enviados especiales. La primera, de Alfonso, nos llega desde Baviera. Esperemos que os guste:

Mañana desapacible en Augsburg, el cielo cubierto presagia la llegada de la lluvia, mientras la estación de trenes se empieza a llenar de personajes ataviados con extraños ropajes. Parece que el viaje va a ser entretenido.

A la llegada a Munich, algunos rayos de sol se asoman entre las nubes, parece que con un poco de suerte, la apertura de la gran fiesta de la cerveza no estará pasada por agua.

Y efectivamente, a las 12.00, tras abrir el primer barril, los cañones sonaron para anunciar el inicio de la Oktober Fest.

No muy lejos de allí, en un campo en espléndidas condiciones, comenzaba otra pequeña fiesta, en la que los invitados eran los chavales del München RFC y los animalitos del Regensburg RC. Dos equipos de la Liga Regional Bávara (Bavaria League) que a primera vista no eran muy técnicos, pero que presentaban porte y hechuras de consideración. Y aunque a veces las apariencias engañan, este no fue el caso. Ambos equipos desplegaron un partido en el que el desafío individual era constante, pero que dada la falta de técnica individual y colectiva, apenas había continuidad en el juego, debido a los continuos errores de mano.



Por ello, pese a las oportunidades que tuvo, el equipo visitante, se marchó al descanso con un ajustado 10-7 a su favor. Sin embargo, al equipo local le paso factura el calor reinante (bueno, calor para ellos) y se vinieron abajo físicamente tras los 15 primeros minutos de la segunda parte, lo que permitió al Regensburg aumentar su renta con otros cuatro ensayos, llegando al final con un resultado de 7-32.

Al acabar el partido, ambos equipos acuden al centro del campo, formando cada equipo una hilera enfrentada a la otra y esperan a que el árbitro les comunique quien ha sido el ganador. Y el árbitro estaba ya con medio pie en la ducha, Pero bueno, carrerita hasta el centro, y tras un breve speach, se confirma al equipo vencedor (como si hubiera dudas).
Luego unas palabras de cada capitán agradeciendo al otro equipo el partido, y todos más contentos que unas castañuelas. Curiosa variante del tradicional pasillo.



Así que tras, ahora sí, una merecida ducha, a tomar una cerveza de las de verdad en el Biergarten del campo, junto con una Currywurst mit Pommes (Salchicha alemana con curry y patatas fritas) para reponer fuerzas. Tras una animada conversación con varios de los jugadores (la mayoría extranjeros afincados en Alemania), llego la hora de ir a ver el plato fuerte de la jornada, un partido de lo que sería la DH B alemana, entre München RFC y Heidelberg TV. Lo primero, es que comparando con España, ambos equipos podrían estar en la DH B española. No ganando la liga, pero si al nivel de otros equipos de la categoría. Quizás algo faltos de técnica en algunas fases, pero con mucha fuerza en cada una de las acciones, lo que llevó a que hubiera un alto ritmo de juego. Sin embargo, rápidamente se vio que Heidelberg era muy superior en la 3/4, y eso acabaría dándole el partido por un claro 22-8.

Tras el partido, otra cerveza y luego pequeño viaje hasta el recinto de la Oktober Fest, una amalgama de carpas con mesas y bancos en su interior donde la cerveza corre a raudales. Cierto es que dado que las primeras cervezas se sirven a las 12.00, para cuando llegamos nosotros, había colecciones de cadáveres por los suelos. Pero bueno, ya lo dijo un alemán, “el que está en el suelo deja el sitio libre” así que razón de más para apretar el paso. Y tras encontrar sitio en una de las carpas pudimos degustar un par de mass como dictan los cánones.

Eso sí, enseguida a la estación central para tomar el tren de regreso a Augsburg donde disfrutar de un merecido descanso.

Próxima parada, el Oktober Fest Sevens, el próximo sábado. Nueva oportunidad para sumergirse en la cultura bávara.

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