Durante la retransmisión de un partido del Mundial, uno de los más afamados comentaristas de nuestra televisión [y por una vez y sin que sirva de precedente no fue Moriche] se tiraba literalmente de los pelos porque uno de los equipos "no había tocado el palo con el balón para conseguir un ensayo".
Y mirando a nuestro colectivo, cuentan que la final del Campeonato de España de Selecciones Territoriales senior de esta misma temporada se decidió porque el árbitro, uno de nuestros más ilustres e internacionales colegiados, concedió un ensayo cuando un jugador de Madrid tocó el palo con el balón.
En fin, veamos el reglamento a ver qué dice: la regla 22.4 (c) indica que "los postes de gol y los protectores que los rodean son parte de la línea de marca, la cual es parte de la línea de marca. Si un jugador atacante es el primero en posar el balón contra el suelo y un poste de gol o protector, se ha marcado un ensayo".
En ambos caso no se cumplió la primera proposición de la frase, es decir, que el balón toque también el suelo. Más información en la página de la IRB, con foto incluida.
Otra de las leyendas relativas a los palos es esa que todos hemos oído de: "no toquéis los palos", cuando uno de los equipos va a patear un golpe de castigo o una transformación. Lo cierto es que tirando de reglamento no hay mucho donde agarrarse, salvo quizás la regla 10.4 (k), que dice que "un jugador no debe hacer en el terreno, nada que esté en contra del buen espíritu deportivo".
En todo caso, parece que tocar los palos o incluso apoyarse en ellos son acciones que tienen poco de antideportivas. Salvo, claro está, que se tenga una fuerza sobrehumana gracias a la cual al apoyarse sobre el palo se consiga curvar el mismo impidiendo de ese modo que se obtenga una transformación, en cuyo caso mi recomendación es abandonar el rugby, sacarse los calzoncillos por fuera, ponerse una capa y convertirse en un superhéroe.
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