Pues ya la tenemos liada.
Fiasco total del nuevo proyecto del rugby femenino español. Fuera (con un 99'9% de posibilidades) de la próxima Copa del Mundo.
Esto, en cualquier caso, ya se veía venir. Entre los demagogos y los advenedizos de última hora se había extendido la impresión de que ésta Selección Femenina era punto menos que una máquina porque en el último europeo celebrado en Madrid fue subcampeona.
Lo que no saben los "entendidos" es que a ese Campeonato Inglaterra, Francia y Gales venían con sus selecciones B (cómo mucho). Y claro, como perdemos en la final contra Inglaterra (B) parece que somos la leche.
Eso y que en el Mundial de Canadá ganamos nada menos que a Samoa y a Kazhastán.
Supongo que alguien podrá pensar que yo son un "anti" rugby femenino. Pero nada más lejos de la realidad. He seguido y apoyado (y me gustaría continuar haciéndolo) al rugby femenino. Puedo decir que he viajado a Amsterdam y Barcelona para ver "in situ" dos Copas del Mundo de la categoría y he visto a la Selección Nacional siempre que he podido. Y lo hacía antes, cuando, siendo infinítamente mejores que ahora, nadie las hacía ni puto caso. Y lo sigo haciendo, pero me llevo chasco tras chasco. Y no por los resultados, que se puede ganar o perder; sino por todo lo que rodea ésto.
Y es que las cosas pasan porque tienen que pasar. En primer lugar, hace tres años, se nombra a un seleccionador que no había visto ni por el forro el rugby femenino. Vale, puede ser. A lo mejor es una máquina de hacer rugby. Pero no es el caso. Pero tiene suerte y "casi gana" a Inglaterra (B) y ya parece que se diluyen todos los problemas.
Y llega el Europeo de 2008 y España cae al sexto puesto. Y se masca la tragedia.
Y así, hace tres meses, va el equipo y se planta y dice que no sale a jugar contra Francia si no dimite el seleccionador. Y que ya ponen ellas uno nuevo.
Y el seleccionador traga.
Y la Federación traga.
Y la Selección va, y hace el ridículo más estrepitoso en Estocolomo, perdiendo contra la potentísima selección sueca (*). Ahora sólo queda esperar un milagro de carambola...o que la FIRA o la IRB se invente una repesca.
Pues tiene mala pinta.
A ver si no iba a ser sólo el seleccionador el culpable.
Pero claro, aquellos polvos traen éstos lodos.
(*) Que se me olvidaba. Que por culpa del árbitro, casi fijo.
En mi modesta opinion, creo que se arrastra un problema típico de trabajo en la cúpula y dejadez en la base.
ResponderEliminarNo hay mas que ver la liga Nacional Femenina donde a escasos días del comienzo hubo un equipo que renunció (el campeón andaluz ni más ni menos)
Entonces, si no somos capaces de juntar 8 equipos competitivos, ¿como vamos a tener una selección campeona?
Porque para ser campeón, de lo que sea, no vale con contar con 25-30 buenos jugadores, se necesita que esos 25-30 jugadores esten acostumbrados a jugar a alto nivel durante toda la temporada, o por lo menos, durante los meses previos a los campeonatos.
Y eso no ocurre en el rugby femenino, donde hay una gran distancia entre unos clubes y otros, con lo cual las mejores jugadoras es posible que en toda la temporada hayan disputado apenas un par de encuentros de máximo nivel.
¿Soluciones? Pues a corto plazo no veo otra que intentar aglutinar jugadoras. Creo que es preferible dar mayor preponderancia a los campeonatos de selecciones territoriales frente a los de clubes.
Creo que es preferible que sean los clubes los que diriman el campeonato en un fin de semana mientras que las federaciones juegan una liga con partidos completos.
Eso favorecería que hubiese partidos de mayor nivel y mayor exigencia, desviaría costes de los clubes a las federaciones (que dudo que no tengan presupuesto para una competicion así, si no que hablen con Bibi) y siempre dejaría la puerta abierta a que otras regiones con menor nivel organizasen un campeonato B de menor coste y exigencia.