Yo no me hice una foto con Justin Marshall (Seven Summer Tour, 4ª etapa. El Puerto de Santa María)


Un fin de semana más nos poníamos en carretera, esta vez también acompañados por Juanjo, nuestro manager y chófer particular, camino de El Puerto de Santa María. Había dudas sobre el viaje a causa de los problemas en las carreteras durante la semana debido a la huelga de transportes pero, finalmente, lo único que nos afectó fue la habitual salida de Madrid de los viernes. A las 16’30 estábamos en la carretera de Andalucía y armados de paciencia.
El viaje transcurría sin incidentes dignos de mención, salvo que Juanjo casi nos lleva hasta Sevilla buscando un bar que “está aquí, antes de
Santa Cruz de Mudela”. Finalmente nos paró en un bar de carretera de los de toda la vida (“Encarnita” de nombre) que ni se acercaba a lo que él buscaba. De todos modos no estaba mal. La propietaria, (sí, sí, la propia Encarnita) nos invitó a pasar al comedor por si queríamos ver el apasionante Italia-Rumanía que estaban televisando porque es que ella “no sabía sintonizar el de fuera”. Como le dijimos que no, debió pensar que éramos más de “España Directo” y allá que estuvimos charlando de los sucedidos del programa.
Repuestas las fuerzas continuamos camino, que llevábamos apenas dos horas de viaje y del tirón (bueno, con una parada para repostar) seguimos hacia el
Puerto de Santa María. Allí llegábamos pasadas las 22’30 y nos dirigíamos en busca del hotel Santa María. Y por hacerle caso al GPS dimos más vueltas de las debidas. De todos modos, El Puerto no es tan grande, así que en cinco minutitos estábamos en la recepción haciendo el chek-in. Y otros cinco después, camino de la bodega del CRAP, donde se celebraba la recepción oficial. Allí estaban ya los galeses del Tumble RFC, degustando los productos locales (y poniéndose hasta los ojos). Se fueron en busca de la noche portuense…que les hizo mucho daño, como al día siguiente se pudo comprobar.
Nosotros nos retiramos temprano, que llevábamos seis horas y media de viaje y al día siguiente tocaban diana a las 8 de la mañana y no era cosa de pasarse.

Y efectivamente, a las 8 de la mañana del sábado nos poníamos en pie, duchita, desayuno en el hotel (abundante, que nunca se sabe cuando vas a volver a comer durante un torneo) y paseíto hasta el campo, junto a la playa de La Puntilla. Diez minutitos al sol mañanero y ya se nos estaban quitando las ganas de tener ganas. Madre mía, después de la “no primavera” que llevamos en Madrid, los 25 grados a las 9 de la mañana parecían el infierno…y no auguraban nada bueno para las horas centrales del día.

Total, que llegamos al campo y directos a la carpa de mesa-organización-árbitros. ¡Esa sombraaaaaa! y agua, por Dios. Todos tranquilos, que allí estaba ya Gonzalo, alma mater de la organización del evento que lo tiene todo controlado. Nos juntamos con los compañeros: Santi Neva y Su Ilustrísima, Don Juan Silva, Presidente del Comité Andaluz de Arbitros, que iba a tener la deferencia de compartir jornada con nosotros. Primeras designaciones…y primer descontrol: “que los del Cocoa no han llegado, que están viniendo…”, “oye Justin, ¿tú sabes donde están los de Gibraltar?” y ya que estamos, ¿y los galeses?.
Con esto, primer cambio de planes: se retrasa todo quince minutos y el primer partido pasa al tercer puesto y el segundo es el primero y …

Pero no pasa nada, los chicos del Cocoa (
CAR Inés Rosales de toda la vida), encabezados por el internacional Leandro Fdez. Aramburu van llegando a la instalación. Sus problemas de convocatoria les pasan factura y pierden el primer partido, lo que casi les condenaba a la Copa de Bronce.

Los galeses llegan, ellos y sus resacas. The morning after in El Puerto is different. No dan crédito a “la caló” y solo son las 10’30 de la mañana. Por supuesto, pierden su primer partido. Sus principales estrellas sufren de “reflujo esofágico” (lo que viene siendo la pota de toda la vida) y no levantarán cabeza en todo el día. Qué penita.

Y mientras pasa todo eso, van apareciendo los chicos del “Pillars of Hercules”.

-¿Y quienes son esos, Santi?.
-Un equipo de guiris; vienen de Gibraltar.
-AAAh. Y, esteeee, José Alberto, ¿te suena ese chiquito rubio y fuerte que viene con ellos? Se parece un huevo a Justin Marshall, ¿no?
-Qué va, tío.

Pero sí que se parecía bastante.


Efectivamente compañeros. No es que yo sea muy fanático de los chicos de negro pero, desde luego, no todos los días tiene uno el privilegio de compartir campo con el medio melé de los All Blacks. Por relaciones de amistad (cosas de veranear en Sotogrande y tal) venía con este combinado gibraltareño. Y venía a jugar.
Bueno, pues que juegue. Y allí que va José Alberto a actuar de intérprete en el sorteo del primer partido de los “Pillars”. Y cuando vuelve le digo: “¿pero tú sabes quién es el tío que viene de manager y “waterboy” de éstos pollos y con el que acabas de departir amigablemente?”.
Por supuesto, ni puta idea.
“Chaval, acabas de estrechar efusivamente la mano de Ian Balshaw”. Sí, “ese” Ian Balshaw, zaguero de Inglaterra.
Primero trató de insistir en que, por supuesto, no era Ian Balshaw (que lo era); luego pretendió que no quedara constancia (lástima de tecnología digital); pero lo cierto es que lo hizo. (Proximamente las fotos)
Lo siento José Alberto, ya te curarás el sarpullido.

En fin, con estos alicientes, más algunos buenos partidos, iba transcurriendo la mañana. La fase de grupos se decantó a favor de Viator, CAU de Valencia y los propios Pillars, quienes se disputarían la Copa de Oro. Por la Plata, un muy bien plantado CRAP, la Selección de Andalucía y los galeses del Tumble y por el Bronce, el equipo B del CRAP, los sevillanos de Cocoa y Wiss the Mama, combinado alcobedeño.

Como no había parón se pasaba directamente a la segunda fase, que se disputaba en liguillas de todos contra todos para disputar finalmente las finales de cada una entre los clasificados en primer y segundo lugar de cada Copa.

A todo esto, nuestro manager tuvo a bien acercarse hasta
Romerijo, donde se encontró con unas amigas, que se trajo al campo. De coña, las amigas, con su bigote y todo. Lástima de estar arbitrando para haberlas acompañado con una copita de fino. Otra vez será.


En la Copa de Bronce llegaban a la final los locales del CRAP B y Wiss the Mama. Con la curiosidad de jugar justo 20 minutos antes el partido final de clasificación en el que se impusieron los locales…que se verían superados por los madrileños en la final, alzándose con la Copa de Bronce.

En la Copa de Plata, la cosa estaba clara. Era cosa de la Selección Andaluza y el CRAP, puesto que los galeses no estaban para nada…ni se les esperaba. En la final, se imponían los locales, haciendo que el título de la Copa de Plata y el trofeo quedara en casa.

Finalmente, en el grupo de la Copa de Oro se llegaba a la final esperada. Viator-Pillars of Hercules. CAU lo intentó contra Viator y no pudo…y su último partido contra el combinado gibraltareño fue de trámite. Llegaban pues a la final los dos mejores equipos del Torneo. Mucha expectación, pues se esperaba ver un poquito más del neocelandés Marshall, que claramente había jugado al tran tran todo el Torneo (lo cierto es que fue atendido por la fisio del club desde primera hora de la mañana y se le notaba renqueante), con algunos detalles de calidad. Pero la mala suerte se cebó en él y al poco de iniciarse el partido un pinchazo en el gemelo le apartó de la final. Eso sí, todavía tuvo tiempo, cojo y todo, de placar a un jugador del Viator antes de salirse del terreno de juego.
Pero no pasaba nada. Había calidad de sobra en el P.O.H. para disputar y ganar la final…a priori. Pero los chicos del Viator se empeñaron en demostrar lo contrario y con un magnífico partido se impusieron con claridad (31-5, si no recuerdo mal). Lo cierto es que el combinado español presentaba un equipo de bastante calidad con varios internacionales y ex internacionales en sus filas: Gorosito, Matías Tudela, Manuel Mazo, Jorge “el Pibe” Prieto, Rafael Camacho (menudo morro el suyo), “Nenu” Silvestre…; en fin, justos vencedores (por segundo año consecutivo) del Torneo Internacional de Rugby a Siete de El Puerto de Santa María.

Al margen de eso, destacar que el equipo arbitral “nominó” como MVP del Torneo al número 4 de los “Pillars”, que nos dejó alucinados cuando además nos contó que no jugaba XV, sino sólo seven en primavera-verano; que durante el invierno se dedicaba a correr y a hacer bicicleta. Te cagas. Pedazo de jugador.

Tras todo esto, nos fuimos al hotel a darnos un bañito en la piscina, cambiarnos y dirigirnos al Tercer Tiempo y entrega de premios en la Bodega del CRAP. Allí, todo el que no lo había hecho ya durante el día, tuvo la oportunidad de hacerse una foto con Ian Balshaw y Justin Marshall, menos nosotros, que nos la hicimos con Rafa Camacho.

Después de eso…haber venido.

Por segundo año consecutivo, la representación de la ADARM quiere dar las gracias al
Club de Rugby Atco. Portuense por su invitación, hospitalidad y trato y en especial a Gonzalo Olías, organizador del Torneo; así como a la familia Neva (Lola, Maca y nuestro compañero Santi). Esperamos volver el año que viene, y al otro, y al otro….

3 comentarios:

"El presi" dijo...

Jose Alberto......... supongo que al ver a Marshall una lagrimita ya se te escaparia ¿no?

O'Conroaoi dijo...

La lágrima se le escapó cuando le hice la foto con Ian Balsahw...porque ya no podrá negar que le dio la mano y todo a uno de los chicos de la rosa.

Papá & Mamá dijo...

Hola Chicos.

He visto esta entrada de la forma más imprevisible... y en cierto modo vergonzosa... una apuesta con un colega (que he ganado yo ;-) ole ahí mi Ego) para ver quien tenía más entradas en el google con su nombre y apellidos...

Tíos!!! este año os dejamos un espacio en nuestra web del torneo para que pongáis vuestra crónica, comentarios, fotos... lo que queráis!!!... una sección del tipo: así lo vieron los árbitros...

Sea como sea, CUENTO CON VOSOTROS ESTE AÑO!!!

Sentiros libres de traer a quien queráis (a toda la familia no, por favor) y de traer esa actitud sana y desenfadada que le dais a vuestras colaboraciones y que tanto nos gusta.

Ya sabéis que estáis en vuestra casa.

Un abrazo y hasta pronto:

Gonzalo