La seguridad de los jugadores


Entre los principios básicos del arbitraje hay uno, el primero, que no nos hartamos de reiterar a todo el que se acerca por vez primera al arbitraje. Se trata de la SEGURIDAD de los jugadores. Tratamos de recalcar y hacer hincapié que cualquier regla, interpretación o decisión debe hacerse siempre a la luz de la seguridad e integridad de los jugadores. Incluso, hasta ahora, las reglas parecía que iban encaminadas en ese sentido de protección del jugador. Pero, durante el último y definitivo encuentro de la gira de los British & Irish Lions tuvo lugar un incidente que ha levantado (sigue levantando) una fuerte controversia. En el minuto 4’39”, el flanker australiano George Smith, 32 años, 111 caps y que jugaba su primer Test Match después de 4 años, sufrió un terrible encontronazo con el talonador galés Richard Hibbard. De resultas de la colisión, Smith acabó en el suelo, claramente “groggy”. Podéis ver el incidente AQUÍ. De inmediato entraron las asistencias al terreno de juego y vieron que el veterano jugador estaba conmocionado y procedieron a retirarle del terreno de juego. Un papelón para los wallabies que ya habían tenido que contar con él, tras cuatro años fuera de la selección, por imperativos del guión. Smith es inmediatamente sustituido, obviamente. Pero, milagrosamente, vemos como cinco minutos después ¡vuelve al terreno de juego! ¿Cómo es posible? Pues porque el equipo médico australiano aplicó las propias directivas de la IRB realizando el llamado “test de conmoción” (concussion test) para lo cual dispone de ¡5 minutos! y si lo realiza en ese lapso de tiempo se entiende que el jugador puede volver al terreno de juego.
Legalmente, no hay nada que alegar. Smith sufre una conmoción; es retirado del campo y puede ser temporalmente sustituido durante cinco minutos mientras se le realiza el test. Y, supuestamente, Smith lo pasó.
El problema es la regla en sí. Ya el año pasado, al aprobarse el nuevo protocolo hubo voces críticas contra la regla, alegando, no sin razón, que esta normativa trivializaba el hecho de la conmoción y que se estaba jugando con la salud (y tal vez la vida) de los jugadores. Uno de los más críticos fue el Doctor Barry O’Driscoll, tío de BOD, internacional por Irlanda como zaguero en 1971 y que ha pertenecido a los comités médicos, anti dopaje y disciplinarios de la IRB (a todo lo cual renunció en su día en protesta por la decisión del máximo organismo del rugby). O’Driscoll afirmaba (y continúa afirmando) que se estaba poniendo en riesgo a los jugadores. La regla, hasta ahora, no permitía a un jugador conmocionado no sólo volver al encuentro… sino que se requería un mínimo de siete días para su recuperación y un examen médico para autorizarle a volver a jugar. Añadía que es imposible realizar ningún test en cinco minutos que pueda garantizar que un jugador que ha sufrido un traumatismo como el que sufrió Smith no esté conmocionado.
Pero la IRB se defiende, especialmente a través de la figura de su jefe de los servicios médicos, el doctor Martin Raferty afirmando que los protocolos están altamente confrontados y que “evidence supporting the theory that collision sports have a negative effect on cognitive function has been questioned by many scientists.” Lo que viene a decir, según él, que las pruebas que apoyan la teoría de que los deportes de colisión tienen un efecto negativo en las funciones cognitivas han sido cuestionadas por muchos científicos. Aunque, añade, la IRB está tratando de ampliar el desconocimiento que existe sobre la conmoción.Vaya, a ver si lo consiguen pronto.
Desde luego, la polémica está servida. Dada la “peculiar” naturaleza del jugador de rugby que nunca quiere abandonar el campo y el cada vez mayor “resultadismo” al que se agarran entrenadores y clubes, puede que tengamos que vivir alguna desgracia en algún campo. O, sin llegar a esos extremos, ¿qué consecuencias fisiológicas puede tener para los jugadores a medio y largo plazo el continuar jugando bajo los efectos de una conmoción?
Ojalá que no tengamos que lamentarlo.

P.D.: Os dejo aquí algunos links para que os entretengáis, si queréis, y saquéis vuestras propias conclusiones.


P.P.D. Al margen de todo, echad un vistazo de nuevo al vídeo. Y observad a Richard Hibbard, que se levanta como si tal cosa. No sólo eso, es que casi ni se le mueve la cabeza en el encontronazo. Animalito.

1 comentario:

David dijo...

Como desde hace rato tengo ganas de viajar a Madrid, quería averiguar para ver en que club se pueda practicar rugby allí. Espero que el Alojamiento se encuentre cerca del club o sino tendre que obtener un alquiler de un auto