Magenta, con un toque de amarillo...

Imposible. A pesar de intentarlo, el Departamento de Pre-Crimen fue incapaz de evitar que se produjera el fatal desenlace. Y mira que habíamos tenido bola roja, tal y como anuncíabamos en la entrada del 1 de junio de 2010. Pero, nada, nuestro compañero Alfonso perpetró finalmente el "delito" y el pasado sábado 18 de junio contrajo matrimonio "contra" Eva. De lo que fuimos fieles testigos en el incomparable marco de Ciudad Mirat, digoooo, Cáceres.
La ceremonia se ofició en la Concatedral de Santa María de la capital extremeña. La novia, como era de esperar, guapísima y el novio... el novio con un chaleco que suscitó una porra acerca de su color. Hubo que acudir a la decisión de un perito imparcial, quien dictaminó que "aquello" era de color... magenta con un toque de amarillo. Como para discutir con ella.
El cocktel, cena y posterior juerga se celebró en el Hotel Fontecruz, a las afueras de Cáceres. Sitio estupendo donde además estábamos alojados. Perfecto para rodar del salón a la habitación y viceversa en caso necesario.
Momentos "de verdaderamente":
-Yendo de camino, Manuel Lázaro y Chema Portillo, ante el jolgorio de Pesce y José Ignacio se enteran de que hay piscina y no llevan bañador. Llamada a José Alberto, que ya estaba allí: "Oye, J.A. que si me compras un bañador", dice Manolo; J.A., solícito: "¿Lo dejas en mis manos?". Manolo tardó, pero consiguió reaccionar. Que si no, le vemos luciendo un Turbo competición de color blanco en la piscina del hotel.
-El cocktel estaba siendo amenizado por un duo de cuerda muy elegante... que de pronto nos sorprendió arrancándose con... Star Wars. Lástima que no se les ocurrió atacar Lord Vader March.
-Ese mariachi que entra a amenizar la velada durante la cena y a Pesce que sólo se le ocurre decir: "Si tocan Star Wars bailo en bolas encima de la mesa". Rápidamente reaccionamos preguntándoles: "¿Verdad que admiten peticiones?". Pero el mariachi se riló, privándonos de lo que, a buen seguro, hubiera sido un momento memorable.

En fin, que tras la cena, llegaron la música, el baile y las copas de rigor... que algunos aguantaron con mayor dignidad que otros. La cuestión es que hemos casado al niño, a pesar de todo.
Que sea en buena hora.

¡Que vivan los novios!

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