En tierra de herejes




Viernes 12 de Octubre. 4:15 am. Suena el despertador y tengo el tiempo justo para pegarme una ducha, vestirme, meterme el iPod en el bolsillo y bajar a la esquina de casa donde he quedado con José Ignacio para ir al aeropuerto. Es lo que tiene volar con las low-cost que sales a horas intempestivas. Por suerte el tráfico es escaso y a las 5 y media estamos ya delante del mostrador de Ryanair para facturar con destino a East Midlands. Check-in, arco magnético, control de pasaportes, embarque, y un par de horas después, voilá, Steve Savage, director de desarrollo de árbitros de que nos saluda sonriente con su chandal [Inglaterra es el reino del chandalismo] de la RFU.
Tras un reparador y típico desayuno inglés Steve nos lleva a su casa, un tradicional cottage con su jardín, sus ardillas y sus enanitos. Allí pasamos un par de horas charlando con él sobre la organización del arbitraje en Inglaterra y en España y flipando con los medios que tienen a su disposición: evaluadores, entrenadores de árbitros, analistas de vídeo, preparadores físicos....vamos, como aquí.
A mediodía nos recoge el que será nuestro acompañante todo el fin de semana, Colin MacDonalds, a la sazón coach de José Ignacio Fernández, que nos conduce a Lichfield, un pueblo de unos 100.000 habitantes a media hora de Coventry y tres cuartos de hora de Birminghan más o menos, que será nuestro centro de operaciones. Una vez instalados en el hotel, nos vamos a dar una vuelta, a comer algo y a visitar la catedral, que es el monumento más importante del pueblo. También nos acercamos al club local para volver a morirnos de envidia: cuatro campos totalmente equipados, seis vestuarios, club social con bar... La pasada.
Tras una ducha y un par de cervezas nos reencontramos con Colin para ir a cenar a un restaurante cercano. Me temo que la conversación no fue muy amena porque tanto José Ignacio como yo estábamos echos polvo del madrugón, y en cuanto acabamos de cenar nos fuimos a dormir.
Sábado 13 de Octubre. 5:30 am. A pesar de que hasta las 8 no hemos quedado para desayunar yo ya llevo un rato dado vueltas en la cama. Será el cambio de horario, los nervios o que extraño la cama, pero he dormido como el culo, así que ocupo las siguientes horas en ver una y otra vez las noticias de la Sky Sports News. Todos los comentaristas analizan la semifinal de Inglaterra en términos similares: "bla, bla, bla....dominant forwards.....bla, bla, bla.....and Wilkinson kicks the winning goal", y vaya si tenían razón, los muy desgraciados.
Por fin, y justo cuando me estaba durmiendo otra vez, suena el teléfono informándome de que es hora de levantarse, así que con la cabeza un poco cargada me pego una ducha, le doy un toque a José Ignacio y bajamos a pegarnos un atracón para recargar fuerzas de cara a los partidos de la tarde.
Con el estómago lleno nos vamos a dar otra vuelta por el pueblo y a comprar un par de regalos para nuestras respectivas mientras hacemos tiempo hasta las 12 en que hemos quedado con Colin para ir al campo. La verdad es que se lo han currado bien y nos han puesto dos partidos en el mismo club: a José Ignacio un Stourbridge II - Nottingham II amistoso y a mi un Stourbridge Lions y Old Saltleians de la EDF Senior Vase.
Tras una hora de camino llegamos a Stourton Park, la sede de Stourbridge, un pedazo de club con cuatro campos para senior y dos para niños donde antes del profesionalismo solía entrenar la selección inglesa. La casa club es alucinante, con su bar, su sala exclusiva para socios, placas con los nombres de todos los capitanes, camisetas conmemorativas de jugadores del club que han formado parte de distintas selecciones....
En cuanto a los partidos, resultaron un poco descafeinados. El de José Ignacio se supone que era entre los segundos equipos de los equipos profesionales de Stourbridge y Nottingham formados por gente que no había entrado en la convocatoria del primer equipo o jugadores que salen de lesiones, pero los de la ciudad del sheriff se presentaron con un sub-21/development que aunque dieron guerra no fueron rival para los locales que vencieron por 43-5.
El mío era de dos equipos amateur, y parecía que iba a tener partido hasta el minuto 20, momento en el que el equipo de casa se riló y los visitantes empezaron a encadenar ensayos hasta acabar el partido con un claro 10-60.
En cualquier caso fueron dos partidos duros y con un punto de velocidad mayor que los nuestros que nos hicieron sudar la gota gorda y tener que estar muy encima del juego para evitar problemas. A destacar la fantástica actitud de los jugadores y su colaboración, más teniendo en cuenta que aunque tanto José Ignacio como yo hablamos inglés, a veces nos costaba explicarnos.
Tras los partidos, tener una charla con mi evaluador[sí, mandaron un evaluador para verme, alucinad] y tomarnos una cerveza en el club, volvimos a al club de Lichfield para ver la semifinal del Mundial, que para mi desgracia cayó de nuevo del lado inglés [hay que joderse, teníais que verles celebrar el golpe de castigo enfrente de palos del minuto 74....¡tal y como lo pita Kaplan, sin esperar a que pateen!¡saltaban más que con el ensayo del minuto 1!].
Y por fin conocimos Lichfield la nuit: cuatro o cinco pubs, un par de bares de copas, y EL BAR en el que pasamos gran parte de la noche. Imaginad si podeis una especie de Angie o de la Vía Lactea transplantado de Malasaña a un pueblo del centro de Inglaterra. Pues eso, paredes cubiertas de posters de Led Zeppelin, Pink Floyd y ACDC, techos bajos, camareros tatuados, camarera envuelta en una bandera con la cruz de San Jorge, y los Stones o los Clash a todo trapo.....Y lo del baño, en fin, mejor mirad la foto porque explicarlo en un poco complicado. Lástima que estábamos tan hechos polvo que a la 1 y media nos rajamos y nos encaminamos al hotel con la intención de dormir unas horas antes de coger el vuelo de vuelta.
En definitiva, una experiencia que nos permitió sumergirnos en una cultura rugbística totalmente distinta. Repetiría mañana.

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