Pues si. A las 18.00 horas del pasado sábado se disputaba la final de la Copa de Madrid 2009, en la cual se enfrentaban el actual campeón, Alcobendas, frente al Cisneros, con arbitraje de Francisco Pesce, auxiliado en las bandas por Alfonso y Pancho Benegas, con Jose Ignacio ejerciendo de cuarto árbitro.
Dadas las fechas en las que nos movemos y a la coincidencia con la SIR, ambos equipos presentaron unas alineaciones en las que se mezclaban jugadores de los diferentes equipos del club, destacando el concurso de varios juveniles en ambos (y otros no tan juveniles, por supuesto.)
Lástima que el protagonista absoluto de la final fuera solo uno, el calor. Sofocante es poco para describir lo insufrible de la temperatura. De poco sirvieron los water break que se establecieron y la regada del campo en el descanso. Mejor hubiera sido que lo regaran DURANTE el partido.
La primera parte se desarrolló un juego que apenas daba oportunidad a la continuidad de los equipos, con constantes interrupciones y parones para atender a jugadores que eran aprovechados por las asistencias para proveer agua a raudales.
Durante ese tiempo, Alcobendas dominó contundentemente la melé, poniendo en aprietos al Cisneros que no dispuso de ningún balón de calidad para jugar desde su propia melé. Además, en una jugada bien hilvanada por su delantera, consiguieron el primer ensayo, que se sumó a la trasformación de un golpe de castigo anterior para poner el 8-0 con el que se llegó al primer water break.
Tras él, los colegiales recuperaron la posesión del balón, lo cual les permitió llegar a la 22 contraria y anotar un golpe de castigo, para luego, tras un largo intercambio de patadas, (parece que lo les gustaba el balón y se pusieron los dos equipos a ver quien lo pinchaba) decidieron jugar, rompiendo la cortina defensiva de Alcobendas y un buen juego detrás de la defensa les llevó hasta la marca rival. 8-8. Pero la cosa no quedó ahí y tras una apertura a la ¾ colegial, un fallo defensivo permite un nuevo ensayo, esta vez transformado, con lo cual el Cisneros se adelanta 8-15. Cuando todo parecía acabado, con el tiempo cumplido, Alcobendas jugó a la mano un golpe que al final acabó en un ensayo esquinado que les permitió reducir las distancias a un 13-15 y todo por decidir en la segunda parte.
Tras la regada pertinente, se reanudo el juego con un Cisneros que empezó a dominar en melé y buscaba drops y tiros a palos en cualquier oportunidad, consiguiendo tan solo una transformación que les puso 5 arriba con lo que se llegó al segundo water break. Ahora el bochorno había sustituido al sol de justicia y lo más temible eran los nubarrones que se acercaban inexorablemente amenazando una tormenta de las de aupa. En la reanudación, se siguió jugando en mitad de cancha hasta que a falta de 5 minutos, un nuevo ensayo transformado del Cisneros puso el definitivo 13-25. Tras ello, Alcobendas lo intento y a punto estuvo de ensayar en el último suspiro, pero no pudo ser.
Al final, lo mejor de todo, la cervecita después de la ducha y la sensación de poder embarcarnos en la Paris – Dakar cuando vuelva a celebrarse por las dunas de Mauritania.
Aun sin aire acondicionado.