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Orden o anarquía


Os dejamos, después de mucho tiempo, un nuevo artículo de uno de nuestros jóvenes colaboradores. Seguro que no os deja indiferentes.

“La anarquía es simplemente orden”, Pierre Joseph Proudhon. 

 
No es carente de cierta ironía que una de las normas más modificadas en los últimos años sea la más problemática de todo el Rugby, antiguamente no era así. Su único sentido era ordenar a los jugadores para reanudar el juego de forma lo más imparcial posible. Sin embargo, ¿quiénes son los culpables de este continuo quebradero de cabeza que tenemos hoy día? ¿Jugadores, entrenadores, árbitros…? 




En cierto sentido todos tienen su parte de culpabilidad; muchos árbitros carecen de experiencia y conocimiento para controlar una melé; los primeras líneas están tan enfrascados en su batalla individual con su oposición, que no les importa realizar faltas con tal de no ceder un centímetro de terreno; las cabezas pensantes siguen viendo en la melé una interrupción en el partido y comienzan a desesperarse de esta faceta del juego, que no es otra cosa sino el símbolo de este deporte.


La melé en sí ha variado su razón de ser a lo largo de los años. Antes era una forma de reiniciar el juego, hoy día, según el reglamento esa sigue siendo su función, pero los jugadores lo desconocían o simplemente le restaban la importancia que se le da actualmente. Antiguamente la melé estaba  formada, disputada, y prácticamente finalizada, antes de que los jugadores no participantes en la misma estuvieran colocados en su respectiva posición. Actualmente todos los actores y espectadores del partido esperan pacientemente el vital y laborioso agarre de los delanteros para disputar la melé, sin mencionar resets, golpes francos, de castigo... Si la melé es a cinco metros, sin comentarios. Hoy día la melé carece de sentido como forma de reinicio del juego, los jugadores lo ven como una oportunidad de humillar al rival, los entrenadores como la oportunidad de conseguir tres puntos tras un golpe de castigo, para los patrocinadores un ahuyentador de la audiencia, para las aseguradoras un pozo de dinero sin fondo y por último para los árbitros que lo ven como un marrón.



Las tres últimas modificaciones de la norma no hacen más que tratar de acortar los tiempos de la melé y de favorecer su disputa. No obstante, no se encuentra con la tecla. La regla del: “Sí, nueve”, ha durado apenas unos meses y ahora la alternativa carece de ningún tipo de consigna, que da fe a la capacidad del árbitro para entenderse con los medios de melé. La única diferencia entre el "sí, nueve" cantado y gestual, es que los encargados de introducir el oval en el agrupamiento cantan su entrada en vez del árbitro, lo que sigue generando ansiedad entra las primeras líneas, provocando así sucesivos golpes.



Esta regla está muerta desde el día que nació. No gustó ni a árbitros, ni a jugadores , ni a entrenadores, lo único positivo de las nuevas directrices es que se ha dejado claro que se acabó el chollo de la introducción parcial, a pesar de que algunos jugadores hayan clamado que talonar ponga en riesgo la seguridad de lostalonadores.



Antiguamente la autogestión de los jugadores imponía el suficiente orden y coherencia como para evitar este tipo de dilemas, pero la llegada de Tío Gilito a este deporte, con sus ávidos ojos representando el dolar en ellos cambió todo. El ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar, yganar, y ganar, se convirtió en lo más importante; crearon normas para prohibir las faltas, y prohibir es precisamente incitar. 



Viva la anarquía, viva la melé.







La extraña paradoja

Estamos de enhorabuena y seguimos con las incorporaciones. Hoy se estrena como comentarista otro de nuestros asociados: Mr. Inmenso. Y nadie mejor que él para ilustrarnos sobre la melé "de profundis".
Os dejo aquí su magnífico artículo, que estoy seguro no os dejará indiferentes.

La extraña paradoja


Por mucho que intente evitarlo, cuando pienso en la melée y los cambios que se avecinan me viene a la cabeza el experimento de los monos enjaulados, el plátano y la manguera de agua fría. La melée, probablemente el icono más exclusivo del rugby, lleva camino de sufrir una evolución parecida. Si imaginamos a un espectador que se pasee por los Juegos Olímpicos de 2016 y de rebote acuda a ver la competición de Rugby a 7 sin conocer el deporte, seguro que se preguntará por qué diablos hacen eso de agarrarse 3 contra 3 para poner el balón en juego. Espero que con alguna cerveza que otra se atreva a preguntarle al de al lado y éste le conteste “hombre, esto es rugby, y en el rugby nos gusta la melée…”. Ya, claro. Como si eso tuviera algo que ver con una melée…

Dentro de unos años, tal vez podamos presenciar lo mismo en un campo de rugby a XV. 16 sujetos agarrados en una formación entre los que nadie entiende por qué hacen eso.

Hay un paralelismo envenenado entre la evolución que han tenido las jugadas de touche y melée. El lateral se anticipó en abandonar el oscuro territorio del callejón de los codazos y convertirse en una jugada de supremacía técnica y táctica donde era fácil para los equipos obtener un buen retorno con poca inversión. Para los árbitros, tener el balón volando 4 metros sobre el nivel del suelo supuso una inestimable ayuda a la hora de poder observar y juzgar eficazmente la imparcialidad y legalidad de la puesta en juego. Francamente, sólo perdían los tarados incapaces de sumar un lanzador, dos levantadores y un saltador y algunas neuronas más. Fue fácil de adoptar por la Comunidad, y aportaba al espectáculo visual elegantes demostraciones de coordinación y plasticidad. Vamos, que quedaba bonito en la tele.

Pero, para la IRB, implementar los cambios necesarios en la melée para adaptarla a su estrategia sobre el Juego nunca iba a resultar tan sencillo. Dejadme que analice los principales aspectos del Informe encargado por la IRB al Dr Mrtin Raftery titulado “Scrum History, Scrum Force Project & Scrum Injuries”

1. El número de melées por partido se ha reducido un 50% en los últimos 20 años. Bueno, pues en principio es buena noticia, pues la melée se usa para reiniciar el juego después de una infracción (principalmente adelantados), así que en principio debería ser un signo de que los equipos juegan mejor. Minipunto para la IRB.

2. El balón se juega limpio desde la melée en primera instancia en un 50% de las ocasiones. Vaya, aquí vamos atisbando el problema… un instrumento que se usa para poner en marcha el juego fracasa 1 de cada 2 veces. Evidentemente, esto no funciona.

3. Las melees derrumbadas se han triplicado en los últimos 15 años, pero sólo parece un problema en el “top level” del Juego. Lo que supone una de las principales divergencias entre el objeto del cambio en la Regla y los que desde todos los confines del mundo lo juzgamos. Sobre esto comentaré posteriormente pero, ciñéndonos al ámbito del estudio (el rugby de test match), deja claro que “algo” ha pasado estos 15 años que está desvirtuando la jugada. Y algo hay que hacer al respecto.

4. Hay algo que no ha cambiado sustancialmente sin embargo en estos últimos 20 años, y es que la disputa de la melée sigue resultando en un 88-89% en posesión del equipo que introduce. Es decir, que no ha cambiado tanto el resultado de quién obtiene la posesión aunque ahora se consigan más penalties vs balón en juego además del tiempo invertido*, y es que…

5. … La melee consume un tiempo de Juego desproporcionado – el 17.5% del tiempo para arrojar tan sólo un 8% de las oportunidades de disputa del balón. Y este es el factor que realmente preocupa a los señores que dirigen el Juego desde Dublín y a sus Consultores que les ayudan a vender los derechos televisivos a las cadenas de televisión (a las que obviamente también les va mucho en juego).

Bien, hasta aquí la exposición del problema… y ahora viene para mí el principal agujero del análisis. ¿Cuáles son las posibles causas de tanta falacia y tanto cinismo en la disputa de la melée en el rugby de test match? No las busquéis en el informe, que no están. Tan sólo se concentra en uno de los posibles culpables: la secuencia de entrada. Se encarga de argumentarlo con datos estadísticos y biomecánicos, y enarbolar el fantasma del peligro físico al que se exponen los jugadores de la primera línea para reinventar la secuencia de entrada eliminando el punto de máxima presión: el choque entre las primeras líneas.

Cualquiera puede sacar una conclusión parecida a poco que se ponga. Es muy pobre y espero no enterarme nunca de cuánto han pagado por el estudio… Ah, que resulta que los pilieres corren un grave riesgo. Evidente. Mayor lo corren cuando vuelven a casa conduciendo ebrios tras el partido... no sólo los pilieres.

Las melées se caen porque alguien las tira. Un compañero de primera línea y buen maestro mío siempre decía que él no había hundido una melée en su vida. No sólo me enseñó a jugar, también me enseñó a mentir (es abogado, claro). Obviamente, las melées se derrumban voluntariamente. Y se caen más en el rugby de primer nivel porque dedican tiempo y recursos a optimizar cada una de sus acciones. Porque es un territorio donde los árbitros fallamos estrepitosamente puesto que a la dificultad propia de arbitrar la melée se suma un miedo reverencial a la misma de una gran parte del colectivo. Que los árbitros de primer nivel no sean pilieres tiene algo que ver también.

Venga, pasar de la entrada libre a los 4 tiempos supuso un avance en el control de la melée. Eliminar el Pause desactivó tensión en la secuencia de entrada y de inmediato se produjeron menos entradas anticipadas. Pero, a tenor del estudio (que se hizo sobre el Mundial 2011 cuando se usaron 4 tiempos) y sobre todo del vergonzoso espectáculo del 6 Naciones 2013, vamos a peor… ¿De verdad alguien se cree que el Passive Engagement (desconozco si ya tenemos término traducido) va a cambiar algo en el ámbito del rugby de primer nivel? Estoy convencido, y dispuesto a tomar apuestas de barra de bar, a que no cambiará nada en lo referente a las métricas observadas: tiempo de juego, número de resets y faltas. Y ojo que digo nada cuando me refiero al rugby de primer nivel…

… porque donde sí que la medida va a causar un daño irreparable es en el rugby amateur. Y permitidme que recupere el * que inserté arriba para hablar de lo que supone la inversión en la melée en el rugby que no se televisa pero que cada fin de semana se juega en miles de campos en todo el mundo.

Uno de los supuestos con los que más en desacuerdo estoy del reglamento es el que aparece en la conclusión final del dichoso informe de la IRB que dejo en inglés para no alterarlo:

Law 20 - Purpose of scrum

“restart play quickly, safely and fairly after a minor infringement or a stoppage”


Y es que interpretar así la melée es patéticamente incompleto, burdamente aséptico, pusilánime y aprensivamente cínico. Para un pequeño subgrupo de jugadores sobre el campo, el propósito de la melée es otro bien distinto: es anular físicamente y destruir mentalmente al rival. Sin más piedad que la que marca su integridad física bajo los límites que marca un complejo respeto simbiótico. La primera línea quiere ahondar en el dolor explorando los límites del rival sin agotarle la vida para poder seguir sometiéndole y obteniendo así mayor ventaja de cada nueva melée, sea de quien sea la introducción. Sí, claro que es peligroso. Para muchos, hay que estar loco. Pero os aseguro que es lo más bonito que esos kamikazes van a poder obtener de su partido de la semana.

Dice la IRB que, para los jugadores de primer nivel, limitar el choque al emplear preagarres en la secuencia de entrada provoca una fuerza máxima equivalente a la que se experimentaba en el rugby de 1990. Me parece una válida argucia con la que desactivar los más que previsibles argumentos de añoranza de mucho pilier de barra de pub. Con jugadores profesionales y óptimamente desarrollados desde un punto de vista de fuerza física, me lo puedo creer (aunque ya he dicho que habrá otros problemas).

Pero es que el verdadero daño se causará en el rugby amateur, donde se extinguirán muchos jugadores que exhiben más barrigas que trapecios, que frecuentan más kebabs que gimnasios, y beben mucha más Guinness que Lucozade pero que ocupan su lugar porque han desarrollado las técnicas, a menudo de supervivencia, que les permiten jugar en esos puestos. Porque el rugby, paradigma de deporte en el que cualquiera podía encontrar su puesto, estará desterrando de sus campos de juego amateur una raza de jugadores en aras del espectáculo televisivo.

Y ahí es donde se estará sacrificando la verdadera esencia del rugby. Intercambiando sonrisas en el pub viendo la retransmisión de un test match por sonrisas entre los compañeros y rivales de primera línea que, ajenos a la pantalla, comentan cada una de las melées de su partido. Porque terminarán de sustituir los monos de la jaula, y no quedará ninguno que sepa a qué se va a la melée.



A vueltas con el Rugby Gradual


Son ya varias las voces que se cuestionan la reglamentación establecida para el desarrollo del rugby en el llamado Rugby Gradual así como la correcta o incorrecta aplicación por parte de los árbitros que dirigen los encuentros de estas categorías. Quisiera unirme a estas voces para intentar aportar si no luz, al menos mi punto de vista.
Mi conocimiento se limita a lo que ocurre en Madrid, que es lo que he visto durante toda la temporada pasada y parte de esta. En Madrid, cada quince días, la FRM organiza jornadas para sub 12, sub 10 y sub 8, reguladas por la propia FRM y a las que se designan árbitros por parte del Comité Técnico de Arbitros de la FRM. Las primeras jornadas (hasta enero) son de carácter no competitivo, no teniéndose en cuenta los resultados de cara a ninguna clasificación. A partir de enero y debido a la exigencia de la Comunidad de Madrid de proclamar campeones (es la gabela de la subvención), las jornadas tienen carácter competitivo.
Debido al enorme número de clubes que se inscriben en las jornadas (varios de ellos con dos equipos y alguno a veces con tres) estas se dividen en dos instalaciones. Habitualmente los sub 12 disputan sus jornadas en las instalaciones de Puerta Hierro donde se habilitan tres campos con las medidas adecuadas a la categoría y los sub 10 y sub 8 juegan en las instalaciones de Orcasitas. Lo normal en el caso de los sub 10 y sub 8 es la necesidad de entre 5 y 7 campos para disputar todos los encuentros de cada jornada.
Dada la cantidad de encuentros a disputarse, se hace necesario disponer de un número adecuado de árbitros. Este suele estar entre los 10 y los 14. La última jornada, el pasado sábado, requirió de 12: 8 en una instalación y 4 en otra.
Estas puntualizaciones que pueden parecer mera estadística tienen el objeto de que se pueda apreciar la magnitud de lo que estamos hablando.
Al margen de esto, las jornadas de competición en la Federación de Rugby de Madrid oscilan entre los 40 y los 55 partidos cada fin de semana. Esto viene a dar idea del volumen de árbitros necesarios para poder cubrir adecuadamente todas las competiciones.
Con este escenario, se hace patente la dificultad de designar árbitros para todas las competiciones. Pero se consigue. Hasta la fecha y desde que comenzó la competición, tan sólo un encuentro se ha quedado sin árbitro. De cerca de 400 disputados. Y esto es así porque en las últimas temporadas ha crecido de manera espectacular el número de árbitros. Hemos pasado de iniciar la temporada 2009-10 con unos 20 árbitros a los 83 que actualmente tienen licencia en vigor y están arbitrando. Pero claro, esto tiene un coste… o varios. Y uno de ellos es la inexperiencia de gran parte de la “plantilla” arbitral. Cada temporada se incorporan nuevos (y jóvenes) árbitros… que no tienen más remedio que formarse. Y es lógico que lo hagan con el rugby de formación. Parece que todo el mundo tiene claro que los jugadores tienen que formarse, que no nacen sabiendo jugar. Pues con los árbitros es lo mismo. Y parece natural que lo hagan dirigiendo encuentros en estas jornadas, que resultan un entorno menos “hostil” que un partido de tercera o cuarta regional en el que se encuentran solos frente a treinta jugadores, en muchos casos con pocas (o ninguna) intención de ponerles las cosas fáciles. En las jornadas se encuentran con que además de estar con otros compañeros, el CTA designa un responsable arbitral cuya misión es asesorar a los árbitros y resolver las dudas reglamentarias o de criterio que puedan surgir sobre la marcha durante la jornada. Todo esto permite a los árbitros noveles ir superando el “miedo escénico”. De hecho, es notoria la evolución de la mayoría de ellos desde el comienzo de la temporada hasta el final de la misma.
Pero comenten errores. Por supuesto.
Porque el “entorno amable” no lo es tanto, ya que lo mismo que es positivo para el RUGBY con mayúsculas: la cantidad de equipos y niños, los seguidores, los padres, la gente, el bullicio… provoca estrés en los inexpertos. A eso hay que añadirle la propia inexperiencia, las lagunas de reglamento, el que las reglas de los pequeños no son iguales que las de los mayores, que los sub 8 tienen un reglamento distinto que los sub 10… y tenemos el caldo de cultivo para que se comentan errores. ¿Cuáles son los más habituales? Pues lo primero, dejar claro que la normativa aplicable durante estas jornadas, competitivas o no, es la recogida en el reglamento de Rugby Gradual y esta es la que se traslada a los árbitros por parte del CTA. Y con esto en la mano, el primer error de todos los novatos, es de forma: conforme al Reglamento de Rugby Gradual, los entrenadores (educadores) de sub 8 y sub 10 deben permanecer EN LA ZONA DE MARCA. Y salvo honrosas excepciones, los educadores en muchos casos pretenden manejar a los niños con joystick, o ser medio melés, no me queda muy claro. Y si bien suelen dedicarse a “alentar” a los jugadores, son un elemento más de distracción para los árbitros. Y en ocasiones, de estorbo para jugadores propios y ajenos.
Pero yendo al grano. ¿Qué errores técnicos son los que más se ven? Pues podría enumerar:
1-Falta de consistencia entre los diferentes árbitros en cuanto a la forma de puesta en juego. Y excesiva demora en las mismas.
2-Olvido de la prohibición del hand off.
3-Permitir las montoneras y agrupamientos de “todos contra todos” con el balón bloqueado.
4-Permitir que los jugadores lo hagan desde “campo contrario”. En fuera de juego, vamos.
5-La melé en sub 10.

¿Soluciones?
Por supuesto, todo pasa por el seguimiento de los árbitros e insistir en el conocimiento de la regla específica de la categoría y en su cumplimiento. Con eso, se evitarán los problemas con el hand off y de fuera de juego.
Sobre el problema de las montoneras y los agrupamientos eternos, la solución pasa por lo mismo y es lo que se traslada a los árbitros. Si no se consigue que el balón esté disponible rápidamente, es mejor detener el juego y reiniciarlo de manera ordenada. Y eso lleva al siguiente problema: la puesta en juego. A mi modo de ver, tanto la melé (sobre todo en sub 10) y las puestas en juego deben ser revisadas.
En cuanto a la melé; o bien se suprime en sub 10 o TODOS, entrenadores y árbitros nos tomamos en serio su ejecución. No hay un partido en el que se forme una melé correctamente. Para lo que se hace, valdría igual que los ocho niños se juntaran en un corro y al “un, dos, tres, ¡ya!” salieran corriendo a su campo. Los integrantes de la melé ni se agarran, ni se agachan, ni se colocan… ni parecen saber para qué están ahí. Si es inútil, que se suprima. Y si no, que empiece a trabajarse. Porque hoy por hoy, lo único que consigue es una ralentización del juego y una pérdida de tiempo constante. Porque hay muchas.
Sobre las “puestas en juego”. Pues es más de lo mismo. Las normas actuales pretendían que se agilizara el juego… y lo único que han conseguido es ralentizarlo. Desde luego, los árbitros tienen que ser dinámicos a la hora de poner la pelota, marcar la distancia e iniciar la puesta en juego. Pero la propia regla no ayuda. En mi opinión, un saque tipo rugby league en el que el portador tenga que “talonar” la pelota y otro jugador tenga que dar un pase agilizaría más el juego.
Lo que me parece seguro es que se hace necesaria una revisión de la normativa por parte de todos los estamentos de cara a clarificar o modificar la reglamentación.
En cualquier caso, el CTA de la Federación de Madrid ya está dando pasos en este sentido y ya hizo una propuesta a la Dirección Técnica de cara a posibles modificaciones/mejoras/cambios… en el Reglamento de Rugby Gradual. Además, ha abierto la posibilidad de, en colaboración con algunos de los principales clubes de Madrid realizar experiencias “piloto” de posibles modificaciones en torneos amistosos para ver la idoneidad de su incorporación al Reglamento de Rugby Gradual.

Ah. Y la regla que seguro, seguro, todos los niños saben es que el balón sólo puede pasarse para atrás. Y que si se cae hacia delante es “falta”. Así que, los adelantados “pequeñitos” o son ventaja para el no infractor, que ayuda a la continuidad… o debe reiniciarse el juego. 

Alguien ha matado a alguien...


Ha empezado el Super Rugby y, como suele ser habitual, es banco de pruebas para algunas novedades. En el caso que nos ocupa, la aparición de la “tarjeta blanca”. La tarjeta blanca se implanta como una herramienta para, supuestamente, quitar presión a los árbitros y permitir la sanción de acciones que el árbitro o bien no ha visto claramente, o no está seguro de quien ha sido el infractor. Para aclararnos: si en una acción el árbitro CREE que ha habido antijuego puede mostrar la tarjeta blanca. Esta tarjeta hará que el oficial comisionado tome nota de que en esa acción ha podido producirse antijuego y tendrá que evaluar a posteriori la situación; obviamente también significará que los jugadores involucrados estarán avisados de que pueden ser objeto de una citación.

Andre Watson, jefe de los árbitros sudafricanos, cree que esto quitará presión a los árbitros y clarificará las situaciones, en especial para los jugadores involucrados, que no se verán “sorprendidos” si reciben una citación después del partido.

Mi opinión personal: Esto no lo vamos a ver en España nunca. Apenas nos da para poner árbitros asistentes; no tenemos TMO; no tenemos cronometrador oficial; no hay cuarto árbitro… como para enviar “comissioners”. Ah, y que para eso los clubes deberían facilitar los vídeos de los partidos. De TODOS los partidos. Y con calidad.

Eso por un lado. Y al margen de eso, me parece que no arregla nada. Es más, facilitará aún más el arbitraje “amable”. Es seguir en la línea de “quitarse el muerto” que empezó con la implantación de las tarjetas amarillas y siguió con el uso del TMO.

Con la tarjeta amarilla muchos árbitros encontraron la herramienta perfecta para no utilizar la tarjeta roja. Acción violenta pero no me mola comerme el marrón de que digan que me cargo el partido: pues una amarillita y aquí paz y después gloria. Y en los países civilizados, si lo ha visto el comissioner, ya le citarán al pollo y le caerá lo que le tenga que caer (véanse casos recientes, como el de Bradley Davis en el Irlanda-Gales).

Luego llegó el TMO. La panacea universal. Cojonudo; esto iba a revitalizar el rugby o poco menos. Y no es más que una fuente de conflictos. La idea es magnífica: todos los árbitros creo que coincidimos en ello; pero bien utilizado. Porque resulta que el protocolo dice que el árbitro debe preguntarle al TMO: “¿Hay alguna razón por la que no debería conceder un ensayo?” y lo que le pregunta es: “¿Ensayo o no?”. O sea, que cuando llego a cinco metros de marca yo, árbitro principal, miembro del panel A, abro el esfínter y me relajo, porque total, le voy a largar el muerto al de la tele. Que está arriba en la cabina, nadie le ve el careto, no conoce su nombre ni Dios y cuando diga en Twickenham que lo de Streetle no es ensayo, yo me encojo de hombros, me doy mus y digo que lo que diga el TMO.

Y ahora llega la tarjeta blanca. Que es más de lo mismo. Es la “sublimación” de todo lo anterior. Veo una jugada, intuyo algo y… uyyyyy, parece que alguien ha matado a alguien. Pero no me complico. Tarjetita blanca y a jugar. En vez de estar pendiente y alerta, no, mucho más relajado. Porque no tengo que tomar decisiones complicadas. Con decir que “no estoy seguro de lo que ha pasado” o “no estoy seguro de quien ha sido” estoy al cabo de la calle. Y que decida el comissioner. O los mamones del comité que estarán ahí en su casa, viendo la tele y hartándose de Guinness mientras yo estoy aquí en el campo, helándome de frío. Ah, no. Eso tampoco. Que ahora si hace frío se suspende.

Por cierto, ya se ha dado el primer caso de una tarjeta amarilla “off the field”: Michael Hobbs de los Blues, en partido frente a Crusaders por un placaje alto, ha tenido el dudoso honor de ser el pionero de las sanciones “off the field”.

Qué lástima. Frente a árbitros y arbitrajes valientes, vamos al buenrollismo y la mano por el lomo.

Y lo peor es que el motivo, en mi opinión, no es otro que la pasta. Con éstas actuaciones los árbitros se ahorrarán sacar tarjetas amarillas y/o rojas, lo que implica que nunca dejarán a un equipo en inferioridad numérica, lo que iría en contra del espectáculo, lo que iría en contra de las audiencias del Super Rugby.

Que nadie se lleve a engaño. Que ese y no otro es el motivo.

Para nuestra suerte o desgracia (en éste caso yo creo que por suerte), como he dicho arriba, aquí no vamos a ver eso hasta que las ranas críen pelo.


(Foto: PlanetRugby)

A vueltas con el spear tackle


Me resulta casi tedioso volver a éste tema. Pensaba que había quedado claro de manera cristalina, pero es evidente que no. Viene esto al caso de la acción realizada por el galés Bradley Daviessobre el irlandés Donncha Ryan en la pasada jornada del Seis Naciones.

Creo que en vez de repetirme, voy a remitirme a lo dicho en entrada anterior (“Indignado”) del
16 de octubre de 2011.

Sólo por incidir más en el tema. Aún no entiendo qué es para David Pearson merecedor de tarjeta roja, pues la acción de Davies lo tiene todo:
-levanta al contrario del suelo.
-lo voltea, poniendo sus piernas totalmente por encima de la cabeza.
-lo lanza contra el suelo, impactando lo primero el cuello y cabeza de Ryan.
Y no contento con eso, como el
propio Pearson le dice a Barnes, todo se produce “off the ball”. Vamos, que la acción estaba a diez metros de dónde se estaba disputando el balón y, a mayor abundamiento, Ryan NUNCA tuvo el balón en sus manos.
Barnes no tiene más remedio que hacer lo que hace, decirle a Pearson: “no he visto nada”; escucharle y pedirle su recomendación. Y como Pearson le dice que amarilla, pues amarilla que
muestra. Ahora bien, excepción hecha del propio Pearson y de algún otro despistado, todo el mundo que vio el partido en directo o posteriormente tiene claro que eso es TARJETA ROJA.

Sobre la otra acción polémica, el placaje de Ferris al final del encuentro, hay más controversia. ¿Es spear tackle; es un placaje peligroso; es un placaje sin más… no es nada?
Difícil decisión.
En mi opinión, no es, sin duda, spear tackle, ya que no se dan las circunstancias descritas para que lo sea. No se levanta al jugador de Gales; no se le ponen las piernas por encima de la
cabeza (de hecho su pierna izquierda apenas pierde contacto con el suelo); no cae ni con la cabeza, ni con el cuello… ¿es un placaje peligroso? Pues… vistas las repeticiones, a mí lo único que me parece es un lance del juego… pero muy espectacular. Y entiendo que Wayne Barnes, en directo, en el minuto 79’30 de un partido muy intenso y viendo eso a toda velocidad, considere que es un placaje peligroso. Y si él considera que se trata de un placaje peligroso no cabe duda
de que debe mostrar a Ferris la tarjeta amarilla. Lo malo (para Barnes y Pearson) de esa decisión es que la acción no soporta la comparación con la acción previa de Davies, castigada con la misma sanción. Y claro, luego llega la hora del Comité de Disciplina. Porque Davies y Ferris son citados. Y ocurre lo lógico:
7 semanas de sanción para Davies y exculpación total para Ferris. Pero… Gales jugó durante los últimos diez minutos con 15 hombres cuando debería haberlo hecho con 14. ¿Hubiera variado el resultado? Eso ya nunca lo sabremos.
Por cierto, ¿sabéis quien dirige éste fin de semana el Francia-Irlanda?; ¿y quien le hace de árbitro asistente?

Indignado



Pues como el sábado era el día de los indignados, yo voy a estarlo también. En mi caso, por algo probablemente más prosaico. Y es por la cantidad de sinsentidos que he leído y escuchado durante el fin de semana a propósito del partido semifinal de la Copa del Mundo que enfrentó a Gales y Francia. Y, obviamente, más en concreto a la situación que supuso la expulsión del capitán galés, Sam Warburton.

No creo que Alain Rolland necesite que yo rompa una lanza en su favor pero igualmente voy a hacerlo. Por mucho que dude de que él vaya a leer ésto.

Tuve la suerte de conocer a Alain Rolland en el año 2000, cuándo participamos junto a otros árbitros en la clasificación para la Copa del Mundo que se celebraría en Mar del Plata. Durante un fin de semana, varios árbitros españoles y extranjeros, entre los que estaba Alain, compartimos campo en el Central de la Ciudad Universitaria de Madrid. Me pareció un tipo excepcional, aparte de un magnífico árbitro y todo un atleta. Su carrera, que casi empezaba entonces ha sido magnífica, dirigiendo entre otros muchos encuentros, partidos en dos Copas del Mundo, incluída la final de la última de ellas.

Sus méritos debían bastar para alejarle de cualquier sospecha, pero parece que hemos entrado de lleno en el "futbolerismo", especialmente por parte de los "medios". Y lo peor de todo es la ignorancia. Que la inmensa mayoría desconozca el Reglamento de Juego, los "rulings" de la IRB, las directivas emitidas a los árbitros y las recomendaciones y directrices sobre el juego... pase. Pero que los medios supuestamente especializados también lo ignoren y hagan juicios de valor... pues como que no debería pasar.

Y es que hay temas que no son opinables:


Regla 10-Antijuego

10.4 JUEGO PELIGROSO E INCORRECCIONES

(i) Levantar a un jugador del suelo y dejarlo caer o impulsar a ese jugador hacia el suelo mientras los pies de ese jugador están en el aire de modo que la cabeza y/o parte superior de ese jugador entren primero en contacto con el suelo, es juego peligroso.

¿A alguien le suena? Ni aposta hubiera encontrado una imagen que case más con ésta definición como la que pudimos ver el sábado.

Y, además, la IRB tras situaciones como la ocurrida con Brian O'Driscoll durante la gira de los B&I Lions hace dos años, decidió que había que cortar de raiz cualquier situación que pudiera atentar directamente contra la integridad física (o algo más) de los jugadores. Y en ese sentido han ido todas las circulares y directrices dictadas a los árbitros en todos los Torneos y Campeonatos auspiciados por la IRB.

Personalmente, me parece que la actuación de Alain Rolland no es que sea buena, es que es magnífica. Está cerca de la acción, la ve, observa que se dan todas las circunstancias... y toma una decisión en consecuencia. Por supuesto que es consciente de que va a afectar al desarrollo del partido pero, los jugadores y entrenadores deben ser conscientes de que el juego sucio y/o peligroso es únicamente responsabilidad de los jugadores y no responsabilidad de los árbitros.

Estoy seguro de que Warburton "no quería". No lo dudo, pero desgraciadamente, ocurrió y el árbitro no está/estamos para juzgar intenciones, sino hechos.


Hasta aquí mi modesta opinión. Los interesados pueden leer más sobre el tema en un par de interesantes artículos: éste de Clive Norling, antiguo árbitro galés y éste otro del también árbitro Alan Lewis. Curiosamente, coincidimos en casi todo. Pero seguramente le haréis más caso a ellos.


Para finalizar, no quiero dejar pasar la ocasión para comentar la mezquindad de algunos medios y comentaristas aludiendo a la nacionalidad del padre de Alain Rolland. Algunos con la cobarde nota de "a título informativo". Pues, a título informativo, la nacionalidad del padre del árbitro tiene para la crónica del encuentro, menos interés que el color de los pantalones de Mickey Mouse. Porque, en un ámbito en el que cuatro neocelandeses juegan con Australia, un tongano con Gales, un costamarfileño y uno de Burkina Fasso con Francia y samoanos y fidjianos con Nueva Zelanda, comentar en la "noticia" que el padre de Rolland es francés o es malicioso o es estúpido.


Foto cortesía de :http://www.walesonline.co.uk

De villanos y héroes

Con frecuencia hemos aludido en éste espacio al "daño" que nos hacen a veces a los árbitros las palabras de narradores y/o comentaristas televisivos. Unas veces por desconocimiento de la regla; a veces por falta de observación y otras por el uso indiscriminado de "muletillas" o "leyendas urbanas" del rugby. La cuestión es que se emiten comentarios o juicios de valor en público que no se ajustan a la realidad reglamentaria o a los criterios arbitrales pero que, a fuer de repetidos EN LA TELEVISION quedan para la mente del público como la palabra de Dios.
Hoy vengo a dar una de cal y otra de arena... o a repartir palos y flores.
Durante la retransmisión el pasado fin de semana del encuentro Bath-Saracens correspondiente a la 2ª jornada de la Aviva Premiership se produjeron dos situaciones curiosas. A saber:
La primera de ellas es una melé en la 22 de Bath. Greg Garner, árbitro del encuentro, inicia la secuencia de entrada pero el equipo de Bath, claramente, se adelanta y entra antes del "engage". Correctísimamente, Garner señala el golpe franco, ¡ni siquiera protestado por la primera línea de Bath!. De ahí mi sorpresa cuando el narrador va y suelta: "hombre, es la primera falta; les podía haber advertido".
Con dos cojones.
Menos mal que estaba también uno de los comentaristas habituales, Jean Luc Trogno, quien hizo el "quite" que hubiéramos hecho muchos, apuntando que, claramente, Bath se había adelantado y que no podía obviarse esa infracción de la primera línea. Que los jugadores debían esperar a la llamada del árbitro. Impecable.
Resulta obvio que, aunque vea muchos partidos, el narrador (de quien desconozco el nombre) de juego poco y de la primera línea, nada. Porque, que le pregunte a cualquier pilier qué le parece cuando la primera línea contraria se adelanta en la entrada en la melé... y los árbitros nos lo perdonamos.

Segunda situación: Britts, el magnífico talonador sudafricano de Saracens, situado en cobertura en su 22 recoge una patada alta de Bath... y decide lanzarse a la carga sin ningún apoyo cercano... contra 3 contrarios que subían presionando. ¿Os suena?¿a que sabéis cómo va a acabar? Efectivamente; Greg Garner señala golpe de castigo contra Saracens por retenido de Britts. A lo que el narrador, gustándose, exclama: "¡noooo... qué riguroso!"
Atónito me quedé.
Menos mal que, una vez más, estaba Jean Luc para hacer ese "quite" salvador. Así, apuntó que Britts se había equivocado yendo al choque sin apoyo y que, al ser placado "debe soltar el balón IN-ME-DIA-TA-MEN-TE". Literal. Homérico. Casi se me saltan las lágrimas. De manual.
A pesar de eso, todavía insistió el narrador, con un par, ¡pretendiendo contar los segundos que tarda el árbitro en señalar el retenido desde que Britts es placado!
En fin.
Resulta obvio que nos encontramos en plena era audiovisual y, que duda cabe, somos afortunados de poder ver en televisión (al menos de vez en cuando) nuestro deporte. Y lo vemos todos, es la suerte o la desgracia. Y "el gran público" otorga fuerza de ley a las imágenes y en muchas ocasiones a las palabras que de la pantalla salen. La semana pasada, por fortuna para nosotros, un "rugbyman" nos devolvió lo que un profesional poco informado quería quitarnos.
Gracias, Jean Luc.

(*) Jean Luc Trogno, francés de nacionalidad, pero catalán de adopción, ha sido entrenador, entre otros clubes, de Montjuic, Hospitalet y Barça; trabajó como Director Técnico de categorías inferiores de la Federación Catalana de Rugby. Actualmente trabaja con el joven club ARPoble Nou y en el staff técnico de la Federación Catalana. Entre otras muchas actividades relacionadas con el rugby, es comentarista habitual de los partidos que emite Teledeporte. Y un amigo.

Y más palos

Dentro de los elementos o reglas desconocidos por el gran público se encuentran los “banderines” o POSTES CON BANDERAS como los denomina el Reglamento de Juego. En la Regla 1.5 se especifica el número, dimensiones y ubicación de los mismos en el área de juego. Esta regla, aunque pueda parecerlo, no es gratuita, tal y como vamos a ver, ya que los postes con bandera pueden tener trascendencia en el desarrollo del juego. Obviamente, todo lo que digamos aquí no reza para los madrileños coliseos de Cantarranas y Paraninfo donde, como de todos es sabido, ni hay banderines ni nada que se le parezca.
Pero, yendo al grano. Aunque hay más, los postes que más nos interesan son los denominados “postes de esquina con bandera”. Estos son los que se ubican en la intersección de las líneas de marca y lateral de marca y en la intersección de las líneas de lateral de marca y las líneas de balón muerto. Y nos interesan porque es con ellos con los que pueden producirse situaciones dudosas o “conflictivas”. En concreto, estas situaciones dudosas se producen cuando la pelota o el portador de la misma tocan a uno de éstos postes. ¿Qué es lo que ocurre en éstos casos? La confusión entre los jugadores (cada vez menos), el público (casi siempre) y los árbitros (afortunadamente casi nunca) se acrecienta porque el Reglamento, tras una temporada de aplicación experimental (recuérdense las famosas ELV’s) se modificó en lo referente a la Regla 22.12 BALON O JUGADOR QUE TOCA UN BANDERIN O UN POSTE DE ESQUINA CON BANDERA. Conforme a lo dispuesto en ésta regla, “si el balón o un jugador que lleva el balón toca un banderín o un poste de esquina con bandera de los señalados en la Regla 1.5 (b) sin estar de alguna otra manera en lateral o lateral de marca, el balón no está fuera del juego, a menos que primero sea apoyado contra el suelo y un poste con bandera”.
Y vamos con la aclaración, porque alguno se habrá quedado temblando. Supuestos prácticos:
-Balón que es pateado por un jugador y golpea en el poste de esquina y sale a LATERAL. El juego se reanudará con un saque de lateral.
-Balón que es pateado por un jugador atacante y golpea en el poste de esquina y sale por LATERAL DE MARCA o BALÓN MUERTO. El juego se reanudará con un saque de 22 o una melé en el punto de la patada para el equipo DEFENSOR.
-Balón que es pateado por un jugador defensor y golpea en el poste de esquina y sale por LATERAL DE MARCA o BALÓN MUERTO. El juego se reanudará con una melé a cinco metros. El equipo ATACANTE se beneficiará de la introducción.
-El balón golpea al poste de esquina y permanece dentro del campo de juego. EL JUEGO CONTINUA.
-Si un jugador atacante, portando el balón, golpea con cualquier parte de su cuerpo el poste y, sin tocar de ninguna manera el lateral, la línea de lateral, el lateral de marca o la línea de lateral de marca, apoya el balón en la zona de marca (incluida la línea de marca), DEBE CONCEDERSE UN ENSAYO.
La excepción viene en el último párrafo de la Regla 22.12. En éste caso y al contrario de lo que ocurre con los postes de gol, si un atacante apoya la pelota SIMULTANEAMENTE en el suelo y contra el poste de esquina, NO DEBE CONCEDERSE UN ENSAYO, ya que se considera que el balón está muerto. Se concederá un saque de 22 para el equipo en defensa. Si la misma acción la realiza el equipo defensor, se concederá una melé para el equipo atacante.
Como puede verse, no es cuestión baladí la de los postes de esquina. Las situaciones dudosas o conflictivas con ellos se producen en una zona “caliente” de por sí, como es la proximidad de la zona de marca. Y es precisamente en ésta zona donde los árbitros debemos tener las ideas más claras para tomar la decisión adecuada en cada caso. Debemos tener en cuenta que la simple duda a la hora de tomar una decisión en ésta zona puede hacernos perder credibilidad de cara al público y, especialmente, a los jugadores, con lo que ello conlleva de perjucio para nosotros a la hora de continuar dirigiendo el encuentro.
Para jugadores, entrenadores y público en general que nos lea, esperamos haber puesto algo de luz sobre éstas curiosas situaciones.

Palos


Durante el primer partido del Tres Naciones entre Australia y Sudáfrica disputado el pasado fin de semana se produjo una jugada que suele causar cierta duda y confusión entre jugadores y, sobre todo, espectadores y algunos comentaristas. En concreto, me estoy refiriendo al último ensayo conseguido por Sudáfrica, obtenido por su capitán, el incombustible John Smith. En dicha jugada y tras una serie de “pick and go” muy cerca de la línea de marca por parte de los sudafricanos, el capitán springbok toma el balón y se lanza hacia adelante, aunque sin alcanzar la línea de ensayo pero apoyando el balón en el suelo contra la base del protector del poste de gol. El árbitro concedió un ensayo a Sudáfrica. ¿Es correcta su decisión?. La pregunta será retórica para la mayoría de los lectores, pero para los que no lo sea, ahí va la respuesta… y la aclaración: Sí, es correcto. La Regla 22.4 OTRAS FORMAS DE MARCAR UN ENSAYO, especifica, en su apartado (b) Chocar contra un poste de gol: “Los postes de gol y los protectores que los rodean son parte de la línea de marca, la cual es parte de la zona de marca. Si un jugador atacante es el primero en posar el balón contra el suelo y un poste de gol o protector, se ha marcado un ensayo”.
Así que, lo dicho: la decisión es correcta; siempre y cuando el contacto del balón sea, a la vez, con el suelo y el poste o protector. NO SE DEBE conceder un ensayo por apoyar el balón a media altura del poste de gol o protector.
Ah, y para los avispados que se preguntan: “¿Y si tengo un protector muy grande…?”. Tranquilos, el Reglamento es sabio y tiene respuesta para (casi) todo. La Regla 14 DIMENSIONES DE LOS POSTES DE GOL Y TRAVESAÑOS, aclara en su apartado (d): “Cuando se coloque un protector en los postes de gol, la distancia desde la línea de marca hasta el borde externo del acolchado no debe ser superior a 300 mm.” (o sea, 30 cms.). Así que, no vale colocar al muñeco de Michelín por si acaso.

Y otro día, más.

En peligro de extinción

Dedicado, con mucho cariño, a Julio Souto.

No se si lo sabéis, pero los primeras líneas y más concretamente los pilieres, esos seres privilegiados, situados en lo más alto de la cadena alimenticia, sin predadores naturales, se encuentran en peligro de extinción.
Viene ésto al caso porque éste pasado fin de semana, tres equipos senior de las ligas madrileñas han estado a punto de quedarse sin jugar... por carencia de jugadores debidamente capacitados para jugar en la primera línea. En dos de los casos, los equipos se presentaron con cuatro primeras líneas, pero en el otro eran tan solo dos. Milagrosamente, al "enterarse" de que no se empezaría el partido si no eran cinco, aparecieron otros tres. Como el milagro de los panes y los peces vamos.
Hay un aspecto que hay que matizar y es que, en las competiciones madrileñas es necesario presentar CINCO primeras líneas en cualquier caso. Vamos, aunque el equipo se presente sólo con once jugadores, cinco de ellos deben ser primeras líneas. Esto es debido a que, aunque el Reglamento de Juego dispone otra cosa, el Reglamento de Partidos y Competiciones de la FRM lo regula así. Desde hace varias temporadas el Comité de Arbitros viene diciendo que ésta contradicción es ridícula y que debería modificarse pero... sigue vigente.
Por supuesto, es absurdo que un equipo que se presente con 15 jugadores tenga que tener cinco primeras líneas. Pero, hecha ésta salvedad, resulta increíble que un equipo sea capaz de "inventarse" uno, dos, o hasta tres primeras líneas para presentarse a un partido. Con el riesgo que eso conlleva. Porque uno de ellos, fijo que va a ser titular. Y puedo entender que un jugador se avenga a jugar de lo que sea pero me parece alucinante que delegados y entrenadores sean capaces de arriesgar la integridad física de sus jugadores. Y mal está que ésto ocurra en categoría senior donde por lo menos, los jugadores son mayores de edad y asumen sus propios riesgos. No, lo malo de ésto es que ocurre una semana sí y otra también en categorías sub 19. ¿De verdad tiene que pasar algo para que alguien se de cuenta de que ésto no puede ser?; ¿no será preferible perder un partido por incomparecencia que tener que lamentar toda la vida un daño irreparable?; ¿de verdad que a nadie se la va a ocurrir presentar una propuesta para modificar el Reglamento?.

Mientras tanto, larga vida y salud para los que cada fin de semana se juegan el tipo en la primera línea.

A vueltas con el Ruling 1

A pesar de que lleva siendo de aplicación desde principios de año parece que aún no hemos conseguido que llegue a todo el mundo el conocimiento del "Ruling nº1".
En primer lugar, aclarar que los "rulings" son las interpretaciones o clarificaciones a las reglas que la IRB hace a solicitud de alguna de las uniones miembros.
En éste caso, la IRFU solicitó una decisión sobre la Regla 15.6 c), concerniente al placaje. En éste sentido el Comité les contestó así.
Para aclararlo más:
El placador así como cualquier otro jugador que participe en el derribo de un portador del balón DEBEN SOLTAR AL PORTADOR DEL BALÓN Y AL BALÓN AUNQUE PERMANEZCAN DE PIE; después de ésto pueden jugar el balón.
En primer lugar: Cuándo se considera que un jugador ha sido derribado. Cuando tiene al menos una rodilla en el suelo.
En segundo lugar: El "derribador" ¿es un placador?. No, pero colabora en el derribo. Para poder jugar el balón debe soltar al placado y al balón y después jugar desde su campo.
¿Implica ésto que el equipo defensor no puede recuperar el balón?. NO. Cualquier jugador que llegue POSTERIORMENTE al placaje PUEDE INTENTAR COGER EL BALÓN sin necesidad de esperar a que el placado lo suelte. Deberá hacerlo cumpliendo con las reglas: entrando "por la puerta" y permaneciendo de pie.

Ojo, que la interpretación no afecta a un jugador que va voluntariamente al suelo o a un maul que cae al suelo.

La aclaración casi complica más las cosas y parece claro tras lo visto desde el mes de marzo que, ni todos los árbitros, ni todos los entrenadores, ni todos los jugadores conocen/conocemos el ruling y si lo conocemos o bien no lo entendemos o bien no lo aplicamos.
Para los árbitros este "ruling" genera varios problemas. Hay que tener muy claro si se ha producido, en primer lugar, un placaje y, segundo, quién ha intervenido en el derribo. Fundamental para ello son dos cosas: una buena condición física para ser "el tercero" en llegar al placaje y una buena colocación para poder observar a los terceros que llegan. Si cumplimos con ambas condiciones es más fácil de identificar la situación y evitaremos así señalar golpes de castigo a terceros jugadores que intentan "pescar" correctamente el balón.
Otro aspecto a considerar, por supuesto, es la consistencia. Todos los árbitros tenemos la obligación de conocer y aplicar tanto el Reglamento (obvio) como los rulings. La inconsistencia entre nosotros lo único que hace es confundir a los jugadores, entrenadores y público y complica las cosas a los compañeros que aplican correctamente las normas.
Para todos aquellos que aún no lo hayan visto, éste vídeo resulta bastante más clarificador
Se puede ver como Craig Joubert tiene que explicar a Brian O'Driscoll y a un ojiplático David Wallace que sí, que eso es golpe. Por cierto, el tema trajo cola en su momento pues precisamente la Unión Irlandesa protestó por la aplicación del ruling tal y como se hizo a mitad del Torneo del VI Naciones.

Por cierto, volveremos a oir en los campos el desgarrador grito: "No me deja liberaaaaaar".

Marca la "tuch"

Continuamos con ésta interesante serie de Leyendas “Urbanas” del Rugby. Hoy, una de mis favoritas: ¡Marca la “tuch”!

Todo ala que se precie habrá oído alguna vez (más de una, seguro) ese desgarrador (ésta palabra que veréis con frecuencia es un homenaje a “Federico”; Federico, va por ti) grito proveniente de, al menos 14 gargantas amigas: ¡Márcala!; ¡Marca la touuuuuuche!
Y todo ala novato que se precie habrá corrido desesperado… a colocarse a escasos centímetros de la línea de lateral, delante del ala contrario… que maldita la intención tenía de sacar de lateral, especialmente después de haberse “tragado” la patada. Y menos mal para el ala “corredor diligente” que el otro no quería/podía sacar… o que no se sabía el Reglamento.

El Reglamento, ese gran desconocido. Siempre digo que leer es la leche, ayuda que no veas. Y el Reglamento de Juego contempla todos los aspectos (bueno, los franceses no están tan de acuerdo con esto y lo retuercen hasta que encuentran la manera de hacer trampas… pero eso daría para otra serie entera), incluido el del lateral. De hecho, la regla 19, que trata sobre el Lateral es la más larga de todas. Quizá ese sea uno de los problemas: la cantidad de cosas que pueden pasar antes, durante e inmediatamente después de un saque de lateral.

En primer lugar, hay que determinar DONDE se sacará el lateral y QUIÉN sacará el lateral. Esto daría también para debatir durante horas pero, para simplificar este artículo, vamos a aceptar que el punto del saque y quién debe sacar son los correctos. ¿Vale?.
Así, un balón sale a lateral y un jugador del equipo azul va a ponerlo en juego sacándose a sí mismo o a un compañero que está más allá de la línea de 5 metros. Un jugador rojo que ha corrido hasta el punto de saque se coloca A ESCASOS CENTÍMETROS de la línea de lateral, tratando de impedir el saque. ¿Puede el jugador rojo hacer esto?. Pues claro que no; está claramente definido en el Reglamento, en la Regla 10.4 (i), referida al JUEGO PELIGROSO E INCORRECCIONES: Un jugador no debe, mientras el balón no está en juego, molestar, obstruir o estorbar de cualquier forma a un adversario. Esta sería la regla aplicable en caso de que se impida efectuar el lanzamiento rápido. En el caso de que el jugador se coloque a cinco metros pero impida que el balón alcance los cinco metros, la regla aplicable sería la 19.2 (h): En un lanzamiento rápido, un jugador no debe impedir que el balón alcance los cinco metros.
La diferencia es grande, puesto que la primera infracción se castiga con Golpe de Castigo y la segunda con Golpe Franco.
Afortunadamente, casi todo el mundo sabe ya esto y cada vez se ve con menos frecuencia. Pero sí sigue viéndose a jugadores “rojos” colocándose a cinco metros mientras por el campo se oye: “Está marcada, está marcada”, como si eso sirviera para evitar el saque rápido de “azules”. Ignoro de dónde viene ésta leyenda… pero no es cierta. El Reglamento, en su regla 19.2 regula el Saque Rápido.
19.2
(a) Un jugador puede hacer un saque rápido sin esperar a que se forme el lateral.
(b) Para efectuar un saque rápido, el jugador debe estar en cualquier parte fuera del campo de juego entre el lugar donde el balón salió al lateral y su línea de marca.
(c) Un jugador no debe efectuar un saque rápido después de que se haya formado el lateral. Si el jugador lo hace, el saque rápido debe ser desestimado. El lanzamiento de lateral lo efectúa el mismo equipo.
(d) Para un saque rápido, el jugador debe utilizar el mismo balón que salió al lateral. Si, después de salir al lateral y resultar muerto, se utiliza otro balón, o si otra persona toca el balón además del jugador que lo lanza… el saque debe ser desestimado.

Si se dan todos éstos requisitos, el jugador azul puede realizar el saque, incluso hacia su campo, según regla 19.2 (f) incorporada ésta temporada después de haberse probado como ELV (Variación Experimental) durante la pasada temporada.
Así pues, los requisitos para poder efectuarse el lanzamiento rápido, resumiendo, son:
Que no la toque nada más que el que va a efectuar el lanzamiento rápido (por supuesto, no cuenta el portador del balón si era del equipo contrario).
Que sea el mismo balón.
Que el lanzamiento sea entre el punto donde salió el balón al lateral y su propia zona de marca.
Que no se haya formado el lateral.
Pero, ¿cuándo está formado el lateral?. Pues la regla 19.7 (a) también lo clarifica:
Mínimo. Por lo menos dos jugadores de cada equipo deben formar el alineamiento. Así que, en el momento que hay al menos dos jugadores de cada equipo “formados” YA NO PUEDE EFECTUARSE EL LANZAMIENTO RAPIDO.
Por cierto, que el árbitro asistente (juez de línea o linier o como os guste) haya llegado con su bandera levantada y señalado el punto lo único que hace es indicar a jugadores, árbitro y público donde se debe poner en juego el balón y señalizar el equipo que debe hacerlo… si no es un lanzamiento rápido. En el caso del lanzamiento rápido, corresponde al árbitro y no al juez de lateral o árbitro asistente decidir si el balón ha sido lanzado desde el lugar correcto. (Regla 6.B.5 (d) Excepción 3). El árbitro asistente, por mucho que se empeñen NO “MARCA LA TOUCHE”.

Interesante blog para árbitros

Interesante blog el que nuestros compañeros del Pais Vasco han puesto a disposición de todo el público en general.

Muy recomendable la entrada referida a los placajes, muy didactica e ilustrativa.

Seguiremos con interés las próximas entradas.

Un saludo y enhorabuena.

Os dejo el enlace:

http://eekcva.wordpress.com/

Leyendas Urbanas

Retomamos, después de muuuuuucho tiempo, esta sección que inauguró en su día nuestro compañero José Alberto: las “leyendas urbanas” del rugby; lo mitos sobre el reglamento y el juego que, a fuer de repetidos, se han instalado en el inconsciente colectivo y son aceptados como verdades inmutables grabadas a fuego en las mentes de jugadores, entrenadores, público y militares sin graduación.

Hoy, vamos a tocar uno muy de moda últimamente: “el ensayo de castigo por reiteración de faltas”. Porque claro, todo el mundo sabe que tres faltas seguidas de un equipo a cinco metros de su zona de marca es un ensayo de castigo clarísimo… ¿o no?

Este tecno-mito, ésta leyenda urbana del rugby, ésta… falacia, está tan arraigada que es verbalizada, solicitada, pedida, gritada desgarradoramente… incluso por algunos comentaristas televisivos, algunos de ellos verdaderas, ellos sí, leyendas de nuestro deporte. Pero no se me enfaden; conozco personalmente a casi todos ellos: Manolo Moriche, Jean Luc Trogno, Fernando Saiz de Trápaga, Héctor Castiello, Juanjo Vispe…y merecen el mayor de mis respetos. Bastante difícil me parece la labor de comentarista (como tantas otras) y la dificultad que entraña estar hablando durante 80 minutos (más si contamos las previas y descansos) y no ser pesado y/o aburrido.
Pero, dicho esto, vamos a entrar en materia. Y la materia comienza con el Reglamento de Juego; concretamente con la Regla 22 (h) que dice, literalmente:
Ensayo de castigo. Se otorgará un ensayo de castigo si probablemente se hubiera marcado un ensayo si no hubiera sido por antijuego del equipo defensor.
Entronca esto con otra de las leyendas urbanas/mitos del rugby: “pero… si es la primera falta”. Pues sí, es la primera… como si es en el minuto 1 o en el 81. El Reglamento es claro en esto: si se evita con la infracción la probable consecución de un ensayo, el árbitro deberá conceder un ensayo de castigo.
Pero, continuemos buscando en el Reglamento motivos para conceder un ensayo de castigo y… no hay más. De verdad que no.
¿Entonces?¿y las faltas reiteradas?. Pues, sobre las faltas reiteradas, el Reglamento también es claro; en concreto la Regla 10.3:
INFRACCIONES REITERADAS
(a) Repetición de faltas. Un jugador no debe infringir ninguna regla de forma reiterada…
Un jugador sancionado por infracciones reiteradas debe ser amonestado y suspendido temporalmente…
(b) Infracciones reiteradas de un equipo. Cuando diferentes jugadores del mismo equipo cometen la misma infracción de forma reiterada, el árbitro deberá decidir si la cantidad constituye o no infracciones reiteradas. Si lo es, el árbitro le hará al equipo una advertencia general y si luego repiten la falta, el árbitro amonestará y suspenderá temporalmente al (los) culpables(es)…
Si la infracción impide un ensayo que, de otro modo probablemente se hubiera marcado, se debe otorgar un ensayo de castigo.

Así pues, un equipo puede cometer 3 faltas seguidas (o cuatro, o cinco) a cinco metros de su zona de marca y que el árbitro no tenga motivos para conceder un ensayo de castigo porque ninguna de ellas impida que un ensayo fuera probablemente conseguido. Lo que sí debería producirse es la amonestación y/o expulsión temporal del jugador infractor por reiteración de faltas. Y si continúan las faltas, deberían continuar las expulsiones temporales, aunque las faltas sean de diferente tipo.
Que éste “juego” puede ser intencional; por supuesto, y por ello, si el árbitro considera intencionada incluso la primera infracción, debería mostrar una tarjeta amarilla… pero no tiene que conceder un ensayo de castigo si esa infracción no impidió que un ensayo fuera probablemente conseguido.

Espero que hayamos puesto algo de luz a ésta regla tan debatida.

Un modesto analisis de las nuevas reglas

Como podemos ver en la nueva edición del Super14 se están aplicando las nuevas reglas experimentales que se suponen entrarán en vigor próximamente.

Sin haber recibido el reglamento oficial de la IRB, se podrían resumir en (seguro que se me olvida algo):
- Los golpes de castigo sancionados en los placajes y rucks por disputa del balón (retenidos, no alejarse, manos en ruck, ...) son sancionados con golpe franco
- Otras faltas que impiden jugar de modo más intencionado son golpe de castigo.
- Las melés se defienden a cinco metros del último pie del defensor.

En un principio se puede pensar que tampoco es para tanto, pero sin embargo, en una primera impresión, los partidos del super14 están siendo bastante divertidos e interesantes.

¿Qué es lo bueno de estas reglas?
La primera impresión que dan estas reglas es que ningún equipo puede buscar los puntos por golpes de castigo. Ésto era evidente pues ha modificado el cambio de reglas, claro. ¿Y qué han hecho los equipos? Parece que lo primero es tener una movilidad del balón imparable, no hay pausas, ante todo se buscan los espacios provocados por las defensas desorganizadas. Los golpes francos sancionados, sirven para los equipos no infractores para sacar un balón rápido o, si no son claros, obtener una posesión a partir de una melé con una defensa "medio" alejada.
Una segunda impresión de las reglas es que los árbitros deben estar muy rápidos en sancionar estos golpes francos. Hace un año, o actualmente, quedaba la duda ante un balón lento por un placaje que tarda en irse.... ¿Doy ventaja o pito ya? Ahora queda la duda de la ventaja, pero está claro que si el balón es facilmente liberado, y con un golpe franco a favor, la defensa debe quedar a diez metros y el atacante no puede decidir entre tiro a palos o a lateral, con lo que se saca muy rápido. El no poder decidir hace que el juego sea más continuo para el no infractor y no sólo eso...más beneficioso, con el logro de más ensayos.

¿Y qué es lo malo de estas reglas?
Pues sinceramente, no veo nada malo en el rugby mundial. El problema que se me plantea es si España está al nivel del rugby mundial.
En un primer aspecto, los equipos de División de Honor y Honor B tendrán que estar mucho más en forma y ser más rápidos. No valen ya los fichajes para asegurar 15 puntos por partidos con golpes de castigos.
Para los equipos de nacional.... no sé qué van a hacer con tanto tiempo de juego sin que el balón salga...Eso de que los castigos no puedan sacarlos a lateral...Me temo que nos vamos a hinchar a arbitrar melés pues la forma física brilla por su ausencia.
Para los árbitros....hay que ser muy rápidos en valorar jugadas, cosa que no viene escrita en el reglamento. Un golpe franco bien dado puede cambiar que el ataque pueda tener huecos o no, ante una defensa desorganizada. Es todo un reto para los árbitros, sin duda, ya que no es sancionar reglas sino jugadas.

Ah! se me olvidaba! Me da la impresión de que en la melé nada ha cambiado, asi que ¡Dios nos asista! .... Parece que mientras no se hundan o se haga daño todo vale....Espero estar equivocadísimo.

En resumen....

Ante todo espero que podamos asimilar pronto el espíritu de estas nuevas reglas que desde luego dan espectáculo y velocidad al juego. Hace poco tiempo uno de los habituales del blog me decía que no veía el super14 porque era un aburrimiento. Mi primera impresión es que ahora son muchíiiiisimo más divertidos, más rápidos y desde luego más intensos y emocionantes. Ojalá se nos contagie este ritmo y podamos disfrutar de nuestros super en España.....salvando las distancias, claro.

Leyendas Urbanas: Una de palos

Durante la retransmisión de un partido del Mundial, uno de los más afamados comentaristas de nuestra televisión [y por una vez y sin que sirva de precedente no fue Moriche] se tiraba literalmente de los pelos porque uno de los equipos "no había tocado el palo con el balón para conseguir un ensayo".

Y mirando a nuestro colectivo, cuentan que la final del Campeonato de España de Selecciones Territoriales senior de esta misma temporada se decidió porque el árbitro, uno de nuestros más ilustres e internacionales colegiados, concedió un ensayo cuando un jugador de Madrid tocó el palo con el balón.

En fin, veamos el reglamento a ver qué dice: la regla 22.4 (c) indica que "los postes de gol y los protectores que los rodean son parte de la línea de marca, la cual es parte de la línea de marca. Si un jugador atacante es el primero en posar el balón contra el suelo y un poste de gol o protector, se ha marcado un ensayo".

En ambos caso no se cumplió la primera proposición de la frase, es decir, que el balón toque también el suelo. Más información en la página de la IRB, con foto incluida.

Otra de las leyendas relativas a los palos es esa que todos hemos oído de: "no toquéis los palos", cuando uno de los equipos va a patear un golpe de castigo o una transformación. Lo cierto es que tirando de reglamento no hay mucho donde agarrarse, salvo quizás la regla 10.4 (k), que dice que "un jugador no debe hacer en el terreno, nada que esté en contra del buen espíritu deportivo".

En todo caso, parece que tocar los palos o incluso apoyarse en ellos son acciones que tienen poco de antideportivas. Salvo, claro está, que se tenga una fuerza sobrehumana gracias a la cual al apoyarse sobre el palo se consiga curvar el mismo impidiendo de ese modo que se obtenga una transformación, en cuyo caso mi recomendación es abandonar el rugby, sacarse los calzoncillos por fuera, ponerse una capa y convertirse en un superhéroe.

Leyendas Urbanas: "Hombre, por Dios, doble movimiento"

Quiero iniciar una serie de artículos más o menos periódicos en los que trataré algunos aspectos del reglamento [intentaré no ser muy chapa] a través de lo que algunos llamamos las Leyendas Urbanas del Rugby. ¿Que qué es una Leyenda Urbana? Pues son esas reglas que todo el mundo sabe o cree conocer y que no están sustentadas en ninguna realidad. Y para iniciar la serie qué mejor que una de la que he sido testigo este pasado fin de semana en el partido que dirigí en A Coruña: El Doble Movimiento.

El "hombre, por Dios, doble movimiento", es un viejo recurso de todos los comentaristas de televisión del mundo mundial [y digo bien, del mundo mundial, y si no bajaos comprad algún partido en versión original inglesa, francesa o incluso argentina y veréis], y muy especialmente de nuestro querido Manolo Moriche.

Consiste básicamente en que un jugador es placado junto a la línea de marca, estira el/los brazo/brazos y posa el balón dentro de la zona de marca, con el resultado de que el árbitro concede el ensayo. Veamos:

Según el reglamento un jugador placado debe hacer que el balón esté inmediatamente disponible para ser jugado, y puedo hacerlo bien pasando el balón, o bien soltándolo. También dice el reglamento que si lo suelta dejándolo en el suelo puede hacerlo en cualquier dirección, siempre y cuando no lo lance hacia delante. Además, se expecifica claramente que si un jugador es placado cerca de la línea de marca éste puede inmediatamente posar el balón y marcar un ensayo.

Bien, pues veamos un caso: un jugador es placado junto a la línea de marca contraria y hace que el balón esté disponible inmediatamente estirando los brazos y poniendo el balón detrás de él, ésto es, hacia su campo. ¿Golpe? Creo que todo el mundo coincidirá conmigo en que ni de coña.

Ahora volvamos al caso original: el jugador es placado junto a la línea de marca contraria y hace que el balón esté disponible inmediatamente estirando los brazos y poniendo el balón delante de él. Pero, qué casualidad, al hacer eso resulta que apoya el balón dentro de la zona de marca. ¿Golpe? No, ¿por qué?, hace lo que la regla estipula, es decir, dejarlo en el suelo en cualquier dirección y sin lanzarlo hacia delante. ¿Ensayo? Por supuesto.

Lo único que podría suponer una infracción es que el jugador placado no cumpla con lo que la regla del placaje le obliga, es decir, liberar inmediatamente el balón y ponerse de pie antes de volver a jugarlo.

Más información sobre la regla del placaje y la regla de zona de marca.

Pero, pero, pero ¿qué está pitando ese tipo?

Si dentro de unas semanas estás viendo un partido del Super 14 y de repente ves al árbitro que le pita golpe franco a un tipo por tirarse en un ruck, o ves que los defensores de la melé están a tomar por saco del último pie, no te preocupes, no te has vuelto loco, es simplemente que en la próxima edición del torneo se van a poner en práctica una parte de las variaciones experimentales de las reglas que la IRB está estudiando y que probablemente entren en vigor a finales de 2009.
Para que entendamos lo que va a pasar voy a intentar explicar cuáles son estas variaciones experimentales:

  • Los banderines de las esquinas ya no son parte de lateral, es decir si un jugador toca el banderín pero no toca la linea de lateral o de lateral de marca el juego continúa. De igual modo si el balón toca el banderín pero no sale del campo, el juego continúa.
  • Si un jugador pasa el balón a un compañero que está en 22 y éste patea el balón que sale directamente por lateral, la touch es donde se pateó el balón. Si después del pase hay un placaje, un ruck o un maul y el balón sale directamente, la touch es donde sale.
  • En un saque rápido el balón se puede lanzar hacia atrás.
  • Después de un placaje hay líneas de fuera de juego.
  • La línea de fuera de juego en la melé está cinco metros por detrás del último pie.
  • Todas las infracciones salvo los fueras de juego, las entradas por el lateral del placaje o ruck y el antijuego se sancionarán con golpe franco.
Más información sobre las variaciones del Super 14 y el paquete completo de variaciones.